Capital Riesgo

Duro Felguera pide una segunda prórroga extraordinaria del preconcurso para pactar con la SEPI

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Duro Felguera sigue explorando los límites de la normativa concursal para evitar la quiebra. El grupo asturiano acaba de solicitar al Juzgado de lo Mercantil N.º 3 de Gijón por segunda vez la extensión extraordinaria de los efectos de la comunicación de apertura de negociaciones con acreedores, esta vez con el objetivo de arañar más tiempo hasta el próximo 30 de septiembre. El motivo de esta decisión es la necesidad de apurar para firmar el acuerdo necesario con la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) y la banca para garantizar la continuidad de la compañía.

De acuerdo al comunicado remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), "la solicitud de esta prórroga tiene por finalidad permitir la conclusión satisfactoria del plan de reestructuración como instrumento para la viabilidad de la compañía y su grupo, en cuya definición se ha avanzado significativamente". La decisión se ha tomado con el apoyo de la mayoría de entidades financieras afectadas en el nuevo plan de viabilidad.

Esos avances mencionados pasan por una batería de medidas necesarias que, en parte, ya se han cumplido. Una de ellas es la venta de la venta de El Tallerón a Indra, que ha quedado sellada en las últimas horas por 3,6 millones de euros. Dentro de los activos transmitidos en esta operación se incluye, además de las construcciones, instalaciones y maquinaria, la subrogación por parte de la cotizada española en los contratos de los trabajadores y en la concesión administrativa donde se ubican las instalaciones.

No obstante, la empresa que preside Eduardo Espinosa tiene pendiente todavía la venta de la sede de la compañía en el Parque Científico Tecnológico de Gijón y la desinversión del área de servicios industriales a Serveo, del fondo Portobello. El candidato encuentra en la compra de los proyectos de Duro Felguera una nueva oportunidad para abundar en su apuesta por las actividades de servicios industriales tras haber adquirido ya Jauregui y la filial de Dominion.

Para completar la lista de tareas pendientes, Duro Felguera necesita más tiempo. El margen concedido en la primera prórroga alcanzaba hasta el 31 de julio (el plazo original era hasta el 12 de junio). En la resolución judicial, el magistrado Rafael Abril estimó "procedente" la extensión del plazo ante "la importancia estratégica de la sociedad deudora en el tejido industrial español". También se señalaba que Duro Felguera "ha pasado por varios procesos de reconversión, evolucionando hacia la ingeniería y ejecución de proyectos industriales".

Las claves del proceso

Al margen del troceo de la compañía, Duro Felguera ultima la llegada de dinero nuevo a la compañía y más avales. La primera parte pasa por la aportación de más capital (aproximadamente 10 millones de euros) por parte de sus principales accionistas, los grupos mexicanos Prodi y Mota-Engil, mientras que la segunda corre a cargo de la banca acreedora.

Con todo, la llave del proceso de reestructuración la tiene la SEPI, que rescató a la compañía desde el fondo para empresas estratégicas activado durante la Covid-19 y que ahora analiza las dificultades de la compañía asturiana para devolver el dinero. La línea roja de la empresa pública dependiente del Ministerio de Hacienda siempre ha sido capitalizar parte de la deuda y pasar a ser accionista, si bien sí ha explorado otras opciones como la rebaja de los tipos de interés a cobrar o la extensión de los vencimientos de pago.

Toda la lista de objetivos, así como su grado de avance, ha sido trasladada en las últimas horas a los trabajadores. No hay que olvidar que dirección también ha activado en las últimas semanas un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) de extinción que afectará a 249 trabajadores, sobre una plantilla total de unos 1.400, una medida necesaria para adecuar el tamaño de la compañía a la nueva realidad del grupo para los próximos años.

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