
La desinversión parcial de Adamo, el operador de telecomunicaciones propiedad de Ardian, entra en una nueva fase y con menores expectativas de éxito. El plan para segregar su negocio retail de su área de infraestructura ha quedado en 'stand by' tras recibir en la primera fase del proceso referido a las ofertas no vinculantes (NBO en el argot financiero) bajas valoraciones por parte de las grandes 'telecos', según las fuentes consultadas por elEconomista.es.
El proceso, coordinado por el banco de inversión japonés Nomura y bautizado como Proyecto Sunrise, ha encontrado reticencias de potenciales candidatos en base a varios factores. Uno de ellos ha sido la elevada expectación para Ardian, que esperaba fijar una valoración para este negocio de 300 millones de euros.
El segundo de los condicionantes ha sido la imposición de compromisos de utilización de la red de Adamo, por la que la compañía se seguiría asegurando unos ingresos recurrentes en los años posteriores, una vez sellada la compra. Este factor ha distanciado a las partes en la negociación, habida cuenta de que los operadores pueden fijar sus acuerdos en el mercado mayorista con otras compañías y mejores condiciones.
Desde el pasado mes de septiembre, Adamo estaba trabajando en una operación para segregar el grupo en dos sociedades, como adelantó elEconomista.es. Una parte de Adamo sería la pata dedicada a los servicios comerciales de su actividad de retail y otra concentrada en los activos de fibra óptica.
Con ese movimiento, la 'teleco' especializada en conectividad en zonas rurales y que tiene a Carlos Ávila, ex de Euskaltel y ONO, como consejero delegado facilita la futura venta del negocio minorista, con el objetivo de destinar sus mayores esfuerzos en el mercado de infraestructuras de fibra óptica, según indican fuentes del mercado conocedoras del proceso.
El proceso ha ido dirigido principalmente a las grandes compañías de telecomunicaciones en España, buena parte de ellas viviendo un momento poco propicio para acometer una operación corporativa. Telefónica está revisando su negocio internacional, principalmente en Latinoamérica con vistas a desinvertir; Vodafone España sigue centrada en su reposicionamiento en el mercado tras la compra de Zegona, y MasOrange tiene en el frente la creación de su fiberco con la entrada de un socio. Adamo y Ardian declinaron hacer comentarios tras ser contactados por este periódico.
De acuerdo con los últimos datos oficiales disponibles, recogidos en las cuentas anuales de 2023 de Adamo Telecom Iberia, la base de clientes en servicio minorista se situaba al cierre de dicho ejercicio en 185.000 clientes (161.000 en 2022). El 2024 se encaraba con un "ambicioso plan de crecimiento en sus bases de clientes tanto mayoristas como minoristas, aunque especialmente en el mayorista, en el cual se espera que los operadores nacionales contribuyan notablemente al crecimiento", explicó la empresa en su último informe de gestión.
Resultados
Adamo reportó en 2023 aproximadamente 126 millones de euros en ventas, lo que supone un 26% más que la facturación del ejercicio pasado. Más de la mitad de todo ello (73 millones de euros) corresponde al segmento de particulares, mientras que el de menor importe corresponde a la línea de empresas (10,9 millones). El negocio mayorista reportó 41,9 millones de euros. Para seguir desplegándose firmó un crédito sindicado de hasta 1.000 millones.
Ardian es el principal accionista de Adamo (97,35%) a través de la sociedad luxemburguesa Fibracom SCA -el porcentaje restante está en manos de la sociedad Fibraman Sociedad Civil- desde 2021. Ese año el fondo de inversión francés compró la compañía al fondo sueco EQT, conocido en España por ser dueño de Parques Reunidos, Freepik o la Universidad Europea, que previamente había invertido en 2017.