
La sociedad de capital riesgo Thalassa Capital Investments, creada por la familia Benavent, fundadora de la azulejera Keraben, con las plusvalías de su venta, ganó el año pasado algo más de 5 millones de euros, lo que supuso prácticamente multiplicar por cinco su beneficio respecto al ejercicio anterior.
Unas ganancias que han aflorado fundamentalmente por la valoración de los activos financieros en los que participa, ya que la firma que está gestionada por Arcano a su vez participa en más de 40 fondos, fundamentalmente de capital riesgo. Según explica en sus cuentas, durante el año pasado la firma desembolso 12,58 millones de euros para suscribir vehículos participados y el valor total de esos activos se elevó de 58 millones a 74 millones.
Entre sus inversiones destaca la participación a través de Alba Investments en Verisure, la matriz de Securitas Direct. Además, la familia castellonense ha diversificado sus participaciones en fondos de capital riesgo de distintas gestoras tanto en dólares como en euros. Entre los sectores en los que está presente destaca su participación en varios dedicados a las renovables.
La familia Benavent precisamente se alió con un fondo estadounidense, Tensile Capital, para relanzar su azulejera, que fue vendida en 2018 a la británica Victoria valorada en más de 270 millones de euros. Los Benavent destinaron 50 millones de euros a la creación de este instrumento, que en la práctica se ha convertido en un brazo inversor.
En efervescencia
La fórmula de las sociedades de capital riesgo se ha puesto de moda entre las grandes fortunas valencianas, especialmente las que han obtenido beneficios recientemente con operaciones corporativas. Una de las últimas en apostar por este tipo de sociedad ha sido la familia Lamsfus, antigua dueña del fabricante de helados Ice Cream Factory Comaker (ICF) de Alzira. Otros, como la familiar Royo, han reconvertido su family office con la fórmula de la sociedad de capital riesgo (SCR).