Están comprando el fútbol a golpe de talonario y no, no es Qatar, ni Emiratos Árabes, ni Arabia Saudí y ni siquiera es China, es Estados Unidos. El capital norteamericano lleva ya años disparando la inversión en clubes del viejo Continente. En 2022 los principales magnates y fondos de este país ya cuentan con cerca de 20 clubes repartidos entre cuatro de las cinco grandes ligas. En total cuentan con 40 teniendo en cuenta los que se encuentran en divisiones inferiores.
El valor aproximado de las principales organizaciones dominadas por el capital estadounidense o, al menos, con una gran parte de su accionariado en sus manos, asciende a 19.000 millones de euros (según estimaciones de Forbes). Además, cada año, estos clubes sumados generan en ingresos cerca de 3.600 millones. La mayoría de estos inversores han encontrado que el fútbol está muy 'barato' frente al potencial de rentabilidad que ofrece. Otros han visto en el deporte más seguido del mundo un nueva afición en la que extender sus imperios deportivos.
Los dos últimos casos han sido el AC Milan y el Chelsea, dos de los clubes mejor valorados del mundo. Estas firmas han caído recientemente en manos de dueños estadounidenses. El primero ha sido adquirido por el fondo Redbird Capital por 1.300 millones de euros en un acuerdo que da nueva vida al campeón de la liga italiana.

Por otra parte el Chelsea, hasta ahora propiedad del magnate ruso, Roman Abramovich, ha sido vendido al inversor norteamericano y dueño de los Angeles Dodgers, Todd Boehly por 5.300 millones de dólares. Todo esto después de meses de parálisis institucional en el club azul y gran incertidumbre sobre si las sanciones contra el magnate ruso acabarían en la quiebra del equipo. Boehly es también dueño de una parte de los Angeles Lakers. Para asumir la operación del club londinense ha sumado a otros vehículos como Clearlake Capital, Mark Walter y Hansjoerg Wyss.
El interés de los fondos privados en el fútbol se ha disparado. El principal motivo es que los inversores creen que el negocio del fútbol irá en crecimiento los próximos años y conseguir una posición de privilegio ahora puede ser clave para obtener acceso a un potencial mercado de miles de millones de euros. Las previsiones de Deloitte apuntan a un crecimiento anual de los ingresos de un 12% de media hasta el año 2027 tras la salida este año del coronavirus. Solo en derechos televisivos las cinco grandes ligas generan más de 4.500 millones de euros y valoran los ingresos totales en 8.000 millones cada año.
Italia e Inglaterra han sido los destinos favoritos de los inversores estadounidenses. Hasta la compra del Chelsea ya había 11 de los cuarenta clubes de las dos principales ligas de estos países que estaban controlados directamente por inversores estadounidenses. En España y Francia también hay numerosos clubes que se encuentran en la misma situación.
De la NBA a Alcorcón y a Mallorca
En España el Mallorca es propiedad de un fondo formado por la leyenda de la NBA Steve Nash, Robert Sarver (propietario de los Phoenix Suns) y Andy Kohlberg. La unión deportiva Alcorcón cuenta con Iván Bravo, exfutbolista, como cabeza visible, pero apoyado a su vez por David Blitzer, propietario minoritario de los New Jersey Devils (Hockey sobre hielo) y los Philadelphia 76xers (NBA).
En la propia España y aunque no sea quien tiene el capital mayoritario destaca el desembarco de 777 Partners adquiriendo un 5% de la propiedad del Sevilla FC. Actualmente el fondo ha ido escalando en el capital y ya posee cerca del 12% de las acciones del club hispalense. Este vehículo supera los 4.000 millones en gestión de activos.
A pesar de que estos son los pocos casos de propiedad que se han logrado por el momento en España, el capital estadounidense está intentando entrar de forma constante entre los grandes clubes de LaLiga. No en vano, el Real Madrid ha firmado un acuerdo con Sixth Street y Legends por el cual a cambio de 360 millones estas firmas adquieren el derecho a participar en una parte de la explotación del Santiago Bernabeu (excepto los partidos). Estas firmas colaborarán con el club para atraer nuevos eventos al estadio y, de esta manera, maximizar los ingresos.
American Premier League
Pero sin duda, donde han puesto el ojo los inversores estadounidenses es en la Premier League. Ya sea por idioma, por proximidad cultural o por el nivel de la competición británica, la realidad es que los norteamericanos ya son mayoría en los despachos de los clubes de la Premier.
El finalista de la Champions League, el Liverpool, tiene como propietario a Fenway Sports Group, también dueño de los Boston Red Sox (Baseball). Por su parte, su máximo rival y una de las mayores dinastías del fútbol inglés, el Manchester United está dominado por la familia que también son unos de los grandes magnates de la NFL, dirigiendo a los Tampa Bay Buccaners. Según Forbes, el clan deportivo cuenta con un patrimonio de 4.000 millones de dólares
Otro de los grandes clubes de la competición es el Arsenal, cuyo dueño también es un gran conocido de la NFL. Enos Stanley Kroenke tiene un verdadero imperio deportivo repartido por numerosas disciplinas. En fútbol cuenta con el mencionado Arsenal en Inglaterra y los Colorado Rapids en la MLS. Por su parte es dueño de los Denver Nuggets en la NBA y de los Colorado Avalanche de la NHL.

No hace falta salir de Londres para encontrarse con el ya mencionado Chelsea, el Crystal Palace y con el West Ham. Respecto al Crystal, Joshua Harris y David Blitzer, ambos estadounidenses han aflorado una participación del 18% en el club después de tener un importante capital también en los Philadelphia 76xers de la NBA y los New Jersey Devils.
Respecto al West Ham, su capital está repartido entre David Sullivan con un 38% y ostentando la presidencia, Daniel Kretisky con un 27% , David Gold con un 25,1% y Albert Smith con un 8%. Este último es el cofundador de GSO Capital el fondo estadounidense que fue el último en entrar en el club capitalino.
Otros clubes que forman parte de la expansión estadounidense son el Aston Villa, con Wesley Edens como copropietario del equipo y el Leeds United. Este último tiene la particularidad de que esta vez es directamente un club de la NFL el que ha entrado en su accionariado, los San Francisco 49ers, que cuentan con un 37% de la propiedad.
Calcio y Francia
En Italia el capital norteamericano ha pisado el acelerador tras el éxodo de los fondos chinos, que hasta hace poco se habían posicionado como los principales compradores en el mercado de los clubes europeos y que al poco, dieron marcha atrás. Esa 'huida' ha venido seguida de inversión 'yankee' en las principales escuadras de la 'Calcio'.
Los fondos se han fijado en Italia debido a que consideran que su valor de mercado está infravalorado y que, a futuro, van a poder encontrar en ellos grandes plusvalías. Además, la legislación italiana ayuda a la inversión en fútbol, donde es más barato fichar jugadores extranjeros. El fisco italiano ha firmado una nueva ley este 2021 para reducir un 50% la tributación a la hora de contratar deportistas extranjeros, dando una ventaja competitiva a los clubes locales.
Algunos de estos clubes son la Fiorentina, propiedad del fundador de Mediacom, la empresa de televisión por cable más importante de EEUU, Rocco B Commisso. Por su parte el AS Roma está liderado por Thoman Dan Friedkin, el heredero de una dinastía empresarial estadounidense que dirige una de las principales distribuidoras de Toyota y cuenta con grandes inversiones en el sector hotelero y del ocio. Otras organizaciones como el Parma Calcio o el Spezia están liderados por presidentes norteamericanos como Kyle J. Krauseo Robert Platek.

Por su parte, el histórico AC Milan ha sido la última operación. El segundo equipo con más copas de Europa ha sido comprado por RedBird tras negociar con el fondo Elliot la venta por 1.300 millones de euros. Una operación con la que RedBird aumenta su Portfolio de clubes europeos tras hacerse con el Toulouse, un clásico de este deporte en Francia.
Y hablando de Francia, también hay una sólida presencia estadounidense en algunos de los clubes con más solera del país. Destaca el caso del Olympique de Marsella, cuya dirección está encabezada por Frank H. McCourt Jr, un empresario del otro lado del Atlántico y fue propietario de los Angeles Dodgers, equipo que actualmente lidera el dueño del Chelsea. Otro equipo histórico es el Girondins de Burdeos, tiene en su cúpula esta nacionalidad con la presencia de Joe DaGrosa, presidente de Axxes Capital.
El fallido imperio chino del fútbol
Una de las grandes oleadas de liquidez que llegó al fútbol europeo y parece ya estancada es la de China, que inició en 2015 y sufrió un frenazo absoluto entre 2017 y 2018. En su punto álgido llegaron a tener 13 equipos repartidos entre cuatro grandes ligas y sus divisiones inferiores.
Actualmente destacan casos como el Wolverhampton, liderado por Guo Guangchang, expresidente y cofundador de Fosun International Limited. En Francia el histórico club Olympique de Lyon es un 20% propiedad del fondo chino IDG, que aflora esta participación el año 2016.
Sin embargo es en LaLiga en uno de los lugares donde más tiempo llevan presentes estos inversores. Destaca el caso del Espanyol de Barcelona cuyo máximo accionista es Chen Yansheng un destacado empresario que cuenta con una fortuna de 1.000 millones de euros a través de un variado grupo de empresas en la que destaca su negocio de plásticos Xinghui Plastic Industrial. El otro club patrio es el Granada, recién descendido a segunda división. El equipo nazarí tiene en su accionariado como principal propietario al grupo inversor Wuhan DDMC Football Club Management que ha situado como presidente a Yi Rentao.

Sin embargo, la verdadera joya de la corona fue el Inter de Milán, cuyo presidente es el joven heredero del grupo Suning, la empresa de electrodomésticos más importante de China. Con solo 26 años cuando accedió al cargo, se convirtió en uno de los presidentes más jóvenes del Calcio y, sin duda, el más joven en la historia del equipo del norte de Italia.
El motivo por el que China inició su andadura en la inversión futbolística era porque formaba parte de un plan central del Partido Comunista Chino, que quería convertir a la nación asiática en una gran potencia futbolística. En ese sentido fomentaron la inversión en el fútbol europeo para hacerse fuertes en el mercado más potente del mismo y en la compra de jugadores de primer nivel para equipos de la Liga China.
Sin embargo la percepción del Gobierno de Xi JinPing sobre los resultados de esta política fue de que era incorrecta para alcanzar sus objetivos. Especialmente tras el fracaso de su selección nacional en los torneos internacionales. Desde China entendieron que debían hacer todo lo contrario, limitar toda contratación de talento externo, cerrar su mercado y crear sus propias instituciones de forma más sostenible para fomentar una mayor formación de talento patrio. Además, de esta misma manera, se ahorraban el gasto ingente que estaban realizando en Europa sin garantías de que sirviese para crear un imperio futbolístico con Pekín como capital.
En ese sentido se dictaminaron leyes que, por ejemplo, hacían que para pagar un traspaso extranjero el club local tuviera que pagar el doble al Estado, haciendo imposible casi cualquier operación y obligado a los equipos a buscar talento dentro de sus propias fronteras.
Ese dinero invertido en compras de clubes y estrellas por todo el mundo se destinó a contratar expertos para levantar escuelas de fútbol por todo el país. En apenas dos años se puso en marcha educación especial en fútbol en 27.000 escuelas y el plan es que en 2025 se llegue a las 50 millones de alumnos aprendiendo este deporte en 50.000 escuelas. Además, China ha construido más de 40.000 campos y ha dedicado recursos a formar entrenadores a través de contratar técnicos extranjeros de alto nivel.
La apuesta de los jeques
La inversión de los países árabes en el fútbol europeo no se ha contenido pero, a diferencia de la norteamericana, se concentra en menos clubes. Concretamente solo cuenta con 4 equipos en las divisiones de oro del continente, el Manchester City, el PSG, el Newcastle y el Troyes.
Sin embargo, cuenta con algunas apuestas en segunda división como el Málaga, que en su momento álgido llegó a semifinales de Champions League, el Almería o el Girona (el mismo grupo que el Manchester City tiene un 47%). También destaca del Sheffield y el París FC.
En total los clubes más importantes de esta lista cuentan con un valor de mercado cercano a los 8.000 millones de euros gracias al empuje de sus dos grandes proyectos. Entre todos estos clubes suman una facturación media de 1.500 millones de euros, aunque en la mayoría de los casos las grandes inversiones en su masa salarial hacen que sus gastos sean también muy elevados.
Nadie entra en Alemania
La gran olvidada de la inversión foránea es la Bundesliga alemana, a la que tanto jeques como fondos y empresarios extranjeros esquivan notoriamente, pese a que tiene muchos clubes con una gran rentabilidad y presencia en el mundo el futbol, como el Bayern de Munich.
El principal motivo es que los alemanes se han preocupado de establecer una dura legislación para evitar que ingresen en su país clubes-estado y otros intereses extranjeros, favoreciendo al máximo posible que las instituciones deportivas permanezcan en manos alemanas.
La normativa utilizada para mantener este ecosistema es la controvertida regla del 50+1, contemplada en el artículo 16 de los estatutos de la Federación Alemana de Fútbol. Esta norma hace obligatorio que, para competir en la Bundesliga, el propio club tiene que mantener la mayoría en los órganos de decisión de esa sociedad, es decir al menos el 50+1 por ciento de los votos. La única excepción a esta regla se establece para clubes tradicionalmente creados por empresas locales, como el Bayern Leverkusen (propiedad desde su fundación por el consorcio químico Bayern) o el Wolfsburgo (en manos del consorcio Wolkswagen).
El hecho de que, aunque el club no tenga que tener la mayoría del capital, si deba contar con mayoría en la junta directiva, desincentiva a cualquier inversor extranjero, que no podrá asumir nunca las riendas de la gestión, ni tomar decisiones operativas, perspectiva que ha provocado que las apuestas del mercado por los clubes germanos vengan más guiadas por propósitos publicitarios de corte local.