Cada vez son más las personas interesadas por el mundo de las finanzas. ¿Y si invertir fuera algo tan cotidiano como hacer la compra o planificar unas vacaciones? Hoy en día el hecho de tener un máster en finanzas o disponer de una elevada suma de dinero ya no son requisitos imprescindibles para empezar a construir una cartera. Gracias a un abanico extenso de herramientas muy variadas, como los productos cotizados, cualquier persona con curiosidad, criterio y un poco de formación puede dar sus primeros coletazos como inversor de forma segura y estratégica.
En este nuevo escenario no se trata únicamente de comprar y vender acciones y esperar resultados. Se trata de diversificar, entender el riesgo, ajustar la estrategia y, sobre todo, tener el control. En este punto, es precisamente donde entran en juego este tipo de productos: instrumentos flexibles, transparentes y más accesibles de lo que parecen, que permiten adaptar la inversión a cada perfil y momento vital.
Durante mucho tiempo, las opciones parecían limitadas para el pequeño inversor: dejar el dinero en una cuenta bancaria o comprar acciones con la esperanza de que en algún momento futuro se revaloricen. Ahora, el mercado ofrece una tercera vía mucho más dinámica y adaptada a las realidades personales.
Los productos cotizados permiten invertir en distintos activos como acciones, índices, materias primas o divisas, con estrategias que van desde la protección del capital hasta el aprovechamiento de los movimientos del mercado a corto plazo.
Lejos de lo que puede parecer, la clave para acceder a ellos está en la información, el acompañamiento y la educación financiera, elementos que entidades como Société Générale han puesto al alcance de cualquier persona interesada en construir una cartera sólida, diversificada y alineada con sus objetivos.
En una entrevista que mantuvimos recientemente con el Head of Public Distribution International de Société Générale, Helio da Silva Claudio, pudimos conocer de primera mano que estas herramientas han sido diseñadas para adaptarse a múltiples estrategias de inversión, abarcando una gran variedad de instrumentos, cada uno con características específicas que los distinguen. El experto nos señaló que "estos productos no son sustitutos de otras alternativas de inversión, sino que representan soluciones adicionales para los inversores que buscan exposiciones particulares en los mercados".
Según cada tipología, pueden ser más simples o complejos:
Como vemos, cada producto tiene un propósito y un perfil de riesgo concreto. Su correcta elección dependerá de la estrategia que deseemos llevar a cabo y el horizonte temporal.
Los productos cotizados destacan por su flexibilidad operativa. Al estar disponibles en los mercados bursátiles, se compran y venden como cualquier acción, lo que permite reaccionar con rapidez ante las fluctuaciones del mercado.
Además, permiten una exposición selectiva y diversificada sin necesidad de grandes sumas. Esto es especialmente útil para quienes comienzan con una inversión modesta y quieren construir una cartera que combine varios activos sin complicaciones.
Pero, ¿y si el mercado cae? Pues precisamente esta casuística es otra de las particularidades que distingue a este tipo de productos, la posibilidad de obtener rendimiento incluso en mercados bajistas. Existen productos diseñados específicamente para ganar valor cuando el activo cae (como los Turbo Short o Put Warrants). Permiten proteger la cartera o incluso aprovechar la caída de ciertos valores, lo que ofrece una dimensión adicional a la gestión del riesgo.
Visita el hub y mejora tu perfil inversor
Este aspecto es otro de los más interesantes que hemos repasado. Y es que no hace falta ser un experto para empezar a utilizar estas herramientas, pero sí es imprescindible estar informado. Estos productos están pensados para inversores que quieran tomar decisiones conscientes, alineadas con su perfil y con una clara comprensión de los riesgos.
El primer paso no es invertir, sino formarse. Y, para ello, recomendamos los siguientes tips que pueden ayudar a los más principiantes a construir una base sólida y empezar a abrirse camino:
En definitiva, como estamos viendo a lo largo de este recorrido los productos cotizados no son varitas mágicas, pero sí piezas clave del nuevo tablero financiero: ágiles, precisas y adaptables. Permiten al inversor moderno construir carteras a medida, acceder a mercados internacionales, gestionar riesgos con inteligencia y moverse con soltura en escenarios cambiantes.
Todo ello, con transparencia, confianza y accesibilidad. Y ahí es donde entidades como Société Générale marcan la diferencia, ofreciendo no solo productos cotizados de primer nivel, sino también formación, recursos y acompañamiento para que cada inversor -ya sea principiante o experto- pueda transformar su ahorro en una estrategia real de crecimiento.
Producido por EcoBrands
La inversión en Productos Cotizados requiere una vigilancia constante de la posición. Los Productos Cotizados comportan un alto riesgo si no se gestionan adecuadamente. Existe la posibilidad de que el inversor pierda la totalidad de su inversión. Antes de invertir los inversores deben consultar el KID, el Folleto Base y las Condiciones Finales del producto disponibles en https://bolsa.societegenerale.es/