Las desigualdades entre hombres y mujeres también están presentes en la educación financiera, aunque poco a poco se están destruyendo las barreras culturales y estructurales a las que tienen que hacer frente las mujeres y que limitan su acceso a estos conocimientos y que incrementan la brecha de género. No tener una cultura financiera imposibilita el acceso a productos como préstamos, inversiones, fondos de pensiones o simplemente gestionar el ahorro, ante esto la tecnología y las redes sociales han ayudado mucho a tratar de reducir esta brecha.
Pero, ¿por qué hombres y mujeres no tienen la misma formación financiera? En palabras de la directora Corporativa de Sostenibilidad de Mapfre, Mónica Zuleta, "hay una serie de factores socioculturales e históricos que han limitado la capacidad de las mujeres para tomar decisiones financieras hasta hace poco tiempo. Por ejemplo, hasta 1975 en España las mujeres no podían abrir una cuenta bancaria a su nombre. La disparidad entre hombre y mujeres continúa siendo notable a la hora de evaluar conceptos financieros".
En relación con esto, la última encuesta de competencias financieras del Banco de España demostraba que los hombres responden correctamente a seis de cada diez preguntas básicas sobre inflación, interés compuesto y diversificación del riesgo; mientras que las mujeres solo al 48% de las preguntas. Ahora bien, esto se debe porque, en muchas ocasiones, los hombres tienden a contestar todas las preguntas, tanto si saben la respuesta como si no, mientras que las mujeres son más precavidas y suelen contestar cuando están seguras de la respuesta.
Todo esto choca bastante con la realidad, ya que diferentes estudios e incluso con la encuesta sobre el empleo del tiempo en España, elaborada por el INE, pues destaca que suelen ser las mujeres las que siguen tomando, mayoritariamente, las decisiones sobre asignación de recursos en el hogar.
Asimismo, el Observatorio del ahorro familiar, elaborado por la Fundación Mutualidad Abogacía y el IE Foundation, señala que "según las encuestas sobre el empleo del tiempo en el hogar, las mujeres toman la mayor parte de las decisiones cotidianas del hogar y pasan más tiempo con los hijos que los hombres, por lo que estos adquieren de ellas los hábitos que muestren sobre la gestión financiera y asignación de recursos del hogar". Y agrega que "desde esta perspectiva la capacitación financiera de las mujeres es triplemente relevante. En primer lugar, porque puede contribuir a reducir las consecuencias negativas que la brecha de género en ingresos salariales tiene para ellas. En segundo lugar, porque sus decisiones van a repercutir de forma importante en la salud financiera del hogar. Y finalmente,porque sus descendientes van a adquirir los hábitos que observen en ellas, incluidos los referidos a la planificación y gestión de la vida desde el punto de vista financiero. Por ello, la situación actual, en la que se observa un déficit importante en sus competencias financieras, es especialmente alarmante".
La zona geográfica y el nivel socioeconómico de las familias también influyen en los conocimientos financieros. Por ejemplo, en España, las zonas rurales presentan una mayor brecha de género en lo que a educación financiera se refiere. Ante esto, desde Mapfre, han firmado "un acuerdo con la Confederación de Federaciones y Asociaciones de Familias y Mujeres del Medio Rural (AFAMMER), con el propósito de ofrecer asesoramiento financiero a más de 180.000 mujeres afiliadas en toda España, a quienes se les proporcionan soluciones para que puedan gestionar responsablemente sus finanzas, con el objetivo de contribuir a paliar esta situación de desigualdad que se da en ciertas localidades del país", comenta Zuleta.
Al final,la falta de educación financiera puede traducirse como un modo de violencia hacia la mujer. Este tipo de abuso es la tercera forma de violencia de género más frecuenta y afecta a un 11,5% de las mujeres mayores de 16 años en nuestro país, lo que equivale a más 2,3 millones víctimas, así lo demuestra la Macroencuesta de Violencia contra la Mujer 2019.
No obstante, en España no se reconoce legalmente como una forma de violencia. Muchas sentencias desestiman la violencia económica, citando razones como la falta de pruebas, la percepción de que el impago de pensiones no es violencia económica, a menos que se combine con otros tipos de abuso, y la idea de que las mujeres afectadas son económicamente independientes. Estas deficiencias legales y judiciales ponen de manifiesto la importancia de tratar con la mayor rapidez la violencia económica de manera integral en España.
En este sentido, desde la Fundacion Nantik Lum han desarrollado un programa de prevención de Violencias Económicas, que está cofinanciado por el Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, el Ministerio de Igualdad y la propia Fundación. "Está diseñado para prevenir, detectar y combatir este tipo de abuso a través de la formación y el acompañamiento a mujeres y profesionales sociales en el ámbito de la educación financiera desde una perspectiva de género y de acciones concretas que promuevan un impacto social positivo,con el fin de construir una sociedad más igualitaria", explica Lucía Medina Ruiz-Mateos, directora de la Fundación Nantik Lum.
Las cosas están cambiando. "Esta brecha cada día se reduce más gracias al desarrollo de iniciativas efectivas que aumentan la alfabetización financiera de las mujeres y a un creciente reconocimiento sobre la importancia de abordar las preocupaciones financieras", apunta Zuleta. No cabe duda de que las nuevas tecnologías han abierto una puerta para que se democratice, de algún modo, el acceso a la información financiera, ayudando así a reducir la brecha de género. Gracias a esto, gran parte de la sociedad tiene al alcance todos los recursos para tomar decisiones sobre sus finanzas; sin embargo, y como alerta la directora Corporativa de Sostenibilidad de Mapfre, "también conlleva un riesgo considerable, ya que muchas personas sin una base sólida en este ámbito ejecutan operaciones sin ningún tipo de asesoramiento profesional, lo cual también supone un grave riesgo para su salud financiera".
Una de las formas de reducir la brecha de género en educación financiera es que se impartan este tipo de conocimientos en las aulas desde edades muy tempranas, lo que "permite tomar decisiones financieras informadas, así como fomentar una cultura del ahorro sana", asevera Zuleta. Ahora bien, esto no se puede quedar aquí y deben ser las empresas las que den el siguiente paso, ayudando con cursos de formación para que sus trabajadores tengan más experiencia financiera y, en concreto, las mujeres.
Por otro lado, la prevención de riesgos también debe ser un pilar clave de cara a afrontar problemas en la toma de decisiones. En definitiva, y según apunta el Observatorio del ahorro familiar, "organismos internacionales como la OCDE han señalado que la alfabetización financiera tiene una dimensión adicional de aplicación que es necesaria, y que las personas, además de contar con una serie de conocimientos financieros, necesitan sentirse empoderadas para ser capaces de aplicarlos, es decir, necesitan tener confianza en sus competencias financieras".