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La agroalimentación es fundamental en la sostenibilidad medioambiental y la cohesión territorial de la UE

  • Lisboa reúne a expertos de todo el mundo para abordar los desafíos del sector agroalimentario
  • La comisaria para la Cohesión, Elisa Ferreira, reclama un "pacto rural" contra los desequilibrios
Elisa Ferreira, ccomisaria para la Cohesión y Reformas
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La comisaria para la Cohesión y Reformas de la UE, Elisa Ferreira, considera al sector agroalimentario crucial en la consecución de los objetivos de sostenibilidad y desarrollo equilibrado del territorio europeo.

Ferreira ha participado en la II edición de las Lisbon Agri Conferences, que reúne en la capital portuguesa hasta este viernes a destacados especialistas en el sector agroalimentario.

Una cita en la que se pretende contribuir a dar respuesta a los principales retos a los que se enfrenta la producción y comercialización de alimentos, como la necesidad de garantizar el abastecimiento pero produciendo de forma más respetuosa con el medio ambiente. Siga aquí la Conferencia en directo.

Abordando temas clave relacionados con la agricultura y la alimentación, Elisa Ferreira enfatizó la necesidad de tener en cuenta la contribución de este sector no solo a la seguridad alimentaria, sino también a la innovación y al equilibrio territorial.

El sector agroalimentario, al combinar la sostenibilidad, la seguridad alimentaria, la innovación y el equilibrio territorial, se erige como un pilar fundamental para la cohesión de la Unión Europea. Sin embargo, la realidad geográfica de la UE presenta disparidades significativas en los niveles de desarrollo y calidad de vida. Mientras algunas áreas experimentan un rápido desarrollo, otras sufren una estagnación económica, siendo la agricultura, la silvicultura y la pesca los principales sustentos de empleo en estas últimas.

En el contexto portugués, el complejo agroindustrial desempeña un papel destacado, representando el 10% del empleo en el país. Además, las exportaciones del sector han experimentado un claro aumento en los últimos años.

La productividad en el sector agrícola también está en aumento, logrando un equilibrio notable entre el crecimiento económico y la sostenibilidad. Este progreso se atribuye en parte al apoyo de la cohesión europea, que respalda la innovación en diversos sectores, incluido el agroalimentario.

Un desafío adicional que enfrenta la UE es el declive demográfico, especialmente la fuga de talento en grandes regiones del bloque. Esta situación no solo afecta la dinámica interna de la Unión, sino que también tiene implicaciones en la gestión de la inmigración desde fuera de Europa. Para abordar esta problemática, se requieren acciones específicas para garantizar soluciones viables para la juventud europea.

Envejecimiento

El envejecimiento de la población es otro factor que amenaza la fortaleza económica de la UE. En este sentido, se destaca la necesidad de trabajar en un "pacto rural" que promueva el desarrollo equitativo de las áreas rurales en toda la Unión. Este enfoque integral no solo abordaría la falta de oportunidades para los jóvenes, sino que también combatiría problemas como los incendios forestales en zonas despobladas, señaló Ferreira.

La Comisión Europea, consciente de estos desafíos, se compromete a abordarlos mediante el apoyo a la innovación, la promoción de la sostenibilidad y la implementación de medidas específicas para garantizar un futuro equitativo y próspero para todos los ciudadanos europeos.

Soluciones biológicas

Buen ejemplo de esa innovación es el español Félix García, economista convertido en pionero de la biotecnología y CEO de Kimitec y MAAVI, una startup que está revolucionando la forma de abordar los desafíos de la agricultura.

En 2010, Félix García fundó el Centro de Innovación MAAVi con un equipo inicial de solo 12 personas. Su enfoque inicial fue abordar la baja productividad de los agricultores ecológica, identificando una brecha crítica en las herramientas disponibles para este sector. Con la biotecnología como catalizador, MAAVi se embarcó en la misión de proporcionar soluciones efectivas y sostenibles para la agricultura.

García observó que, aunque las soluciones iniciales no eran particularmente disruptivas, la biotecnología permitió el desarrollo de herramientas naturales que demostraron ser tan eficaces como las soluciones químicas convencionales, pero sin los efectos negativos asociados con la industria química.

Soluciones naturales: un imperativo

La regulación ambiental y las crecientes preocupaciones sobre los efectos secundarios de las soluciones químicas llevaron a la prohibición de 105 herramientas químicas, con otras 245 programadas para ser prohibidas en los próximos 5 años. Este escenario deja a muchos agricultores sin opciones viables para proteger sus cultivos. MAAVi se presenta como una respuesta crucial a esta necesidad urgente, ofreciendo alternativas biotecnológicas que no solo protegen los cultivos, sino que también preservan la salud del suelo y del medio ambiente. La CE prorrroga el uso del glifosato

En enero, MAAVi dio un paso significativo al firmar un acuerdo con Bayer para convertirse en su socio en el desarrollo de herramientas biológicas. Esta colaboración estratégica representa un hito en la industria, fusionando la experiencia de una empresa líder en productos químicos agrícolas con la innovación disruptiva de MAAVi en biotecnología.

La versatilidad de MAAVi se destaca en su capacidad para desarrollar soluciones personalizadas para cultivos específicos. Desde soluciones para pistachos hasta pequeños frutos, MAAVi puede crear "trajes a medida" que abordan las necesidades específicas de cada cultivo. Esta aproximación personalizada no solo mejora la eficacia, sino que también, y especialmente, la eficiencia, contribuyendo así a la sostenibilidad ambiental.

La visión de Félix García no se limita a la agricultura. MAAVi aspira a extender su enfoque biotecnológico a otros sectores, como la sustitución de compuestos químicos, como el metabissulfito en el marisco. Con las restricciones regulatorias europeas aumentando, la demanda de alternativas sostenibles se vuelve más apremiante, y MAAVi está preparado para liderar este cambio.

Los reyes de la digitalización

Nelson Ferreira, Senior Partner en McKinsey y Líder Global de Agribusiness Service Line en Brasil, compartió su perspectiva sobre las tendencias que están modelando el futuro de la agricultura y su cadena de valor.

Ferreira destacó un cambio fundamental: los agricultores se han convertido en los soberanos de la era digital. Con aproximadamente el 50% de los agricultores en Europa y un número significativo a nivel global realizando compras online y utilizando canales digitales para la trazabilidad, queda claro que la digitalización es el camino a seguir. Aquellas empresas que deseen colaborar estrechamente con los agricultores deben priorizar la transformación digital de sus operaciones.

Un desafío crítico que enfrenta la agricultura es la necesidad de tierras adicionales. Se proyecta que hasta 2030, se requerirán entre 70 y 80 millones de hectáreas de nueva tierra para la agricultura, pero considerando los cambios climáticos y las tensiones geopolíticas, este número podría aumentar hasta 100-110 millones. Nelson Ferreira subrayó la importancia de buscar tierras degradadas y trabajar en su recuperación para cumplir con estas demandas, destacando así la necesidad de prácticas agrícolas sostenibles.

El experto enfatizó el papel crucial de la tecnología en la transformación del sector agrícola. La adopción de la inteligencia artificial y modelos analíticos avanzados, como tractores autónomos, drones y mapas de prescripción, está redefiniendo la eficiencia operativa en las explotaciones. Además, la creación de nuevos híbridos mediante la Inteligencia Artificial Generativa y la implementación de estrategias de mantenimiento preventivo en maquinaria son pasos clave hacia la modernización agrícola.

Biocombustibles: más allá de la caña de azúcar

Un aspecto innovador abordado por Nelson Ferreira fue la evolución en el ámbito de los biocombustibles. Tomando como ejemplo la caña de azúcar, que ha pasado de ser simplemente una fuente de azúcar a producir etanol y una amplia gama de productos, el agricultor se ha convertido en una especie de biorrefinería ambulante. La capacidad de muchos productos agrícolas para generar energía viable está transformando la forma en que vemos la agricultura. Aunque actualmente la dependencia principal recae en las oleaginosas, Nelson Ferreira predijo que en el futuro se explorarán otros productos con fines de producción de biocombustibles.

En el caso específico de la soja, la pregunta ética resurge debido a su uso en la aviación estadounidense para la producción de combustible sostenible (SAF - Sustainable Aviation Fuel). La disyuntiva entre destinarla a la alimentación humana o animal versus su uso como combustible plantea un dilema que requerirá decisiones equilibradas para abordar las crecientes demandas de múltiples industrias.

João Pacheco, antiguo director general adjunto de agricultura en la Comisión Europea, destacó, tras reconocer la efectividad de la pAC desde que se puso en marcha en 1962, advirtió que ésta se enfrenta a nuevos retos, marcados por una mayor conciencia ambiental y la necesidad de abordar la seguridad alimentaria en un contexto global cambiante. La agricultura de precisión, el mejoramiento de plantas y especies, la lucha contra las modificaciones climáticas y la protección ambiental se han convertido en prioridades para el futuro de la PAC. Además, los cambios demográficos imponen la necesidad de aumentar la producción de alimentos.

No obstante, el futuro de la PAC se encuentra en una encrucijada política. Por un lado, algunos defienden subvenciones vinculadas a objetivos ambientales, incluso si eso implica una menor producción. Por otro lado, existe la opinión de que la defensa del medio ambiente no debe comprometer la soberanía y la seguridad alimentaria, abogando por un aumento continuo de la producción en la UE. La decisión sobre este dilema se tomará en los próximos años.

A complicar aún más el panorama, surge el Green Deal Europeo, con la componente Farm to Fork, establecido por políticos fuera del ámbito agrícola. Este ambicioso plan busca reducir el uso de pesticidas (en 50% hasta 2030) y fertilizantes químicos (en 20% hasta 2030), aumentar la agricultura biológica (para que 25% de la agricultura europea sea ecológica en el 2030) y proteger la biodiversidad. Sin embargo, la falta de análisis de impacto por parte de la UE genera incertidumbre sobre las consecuencias, especialmente en términos de disminución de la producción y aumento de precios.

Según señaló los analistas advierten que el Green Deal podría provocar una reducción del 15% en la producción agrícola, con posibles efectos significativos en Europa y más allá. Aunque se espera que la falta de producción en Europa se compense en otras partes del mundo, las consecuencias para la seguridad alimentaria mundial siguen siendo difíciles de prever.

Robert Appleby, fundador de Cibus Capital

Recientemente, el pleno del Parlamento Europeo rechazó enérgicamente la propuesta de la Comisión, lo que deja abierta la incertidumbre sobre los próximos pasos a seguir. El debate entre la sostenibilidad ambiental y la seguridad alimentaria en la UE continuará definiendo el rumbo de la PAC en los años venideros, con implicaciones no solo para Europa sino también para el panorama global.

Agroalimentación, en el centro de los inversores

En el mundo de las inversiones, donde los riesgos y oportunidades convergen, la agroalimentación emerge como un sector estratégico. Un actor destacado en este escenario es Robert Appleby, el fundador y responsable de inversiones de Cibus Capital con sede en Inglaterra.

Aunque su formación en zoología podría parecer inusual en este contexto, su viaje profesional lo llevó a adentrarse en el vertiginoso mundo de las finanzas. Esta firma de inversión se distingue por su apuesta por la agricultura y alimentación sostenible, un imperativo en una era donde el cambio es constante y el medio ambiente se degrada a un ritmo alarmante.

El optimismo de Appleby se cimenta en la adopción de tecnologías innovadoras que, según él, son cruciales para enfrentar la creciente escasez de recursos. La robotización, en particular, se presenta como la garantía para paliar la falta de personal calificado en el sector. Sin embargo, el enfoque de Cibus Capital no es indiscriminado; su estrategia se centra exclusivamente en países de la OCDE, y prefieren apostar por empresas agrícolas de pequeña o mediana dimensión, evitando las grandes corporaciones.

Los sectores en los que Cibus Capital concentra sus inversiones abarcan desde cultivos permanentes hasta tecnología agroalimentaria, pasando por la agricultura indoor, el capital natural, la salud del suelo y del cultivo, la salud humana o animal, la acuicultura, entre otros. Esta diversificación refleja la visión integral de la firma hacia la sostenibilidad y la interconexión de los distintos aspectos del ciclo agroalimentario.

Un ejemplo destacado de la estrategia de inversión de Cibus Capital es el caso de Innoliva, una empresa ibérica en la que adquirieron el 100% en 2017. Pioneros en olivicultura superintensiva, la empresa experimentó un notable crecimiento tras la incorporación de gestores de alto nivel en 2019 y la expansión de sus operaciones en 2020. La diversificación de cultivos, incluyendo la producción de almendras, llevó a Innoliva a convertirse en uno de los principales productores de aceite orgánico a nivel mundial. En 2023, Cibus Capital vendió la empresa a una compañía canadiense especializada en la gestión de planes de pensiones.

Actualmente, Cibus Capital mantiene inversiones significativas en almendros y está entrando en la producción de frambuesas en el sur de Portugal. Su enfoque particular en la península ibérica, específicamente en España y Portugal, resalta el potencial que la firma ve en estas regiones en términos de desarrollo agroalimentario sostenible.

La apuesta de las empresas por la sostenibilidad

El cierre del Las Lisbon Agri Confrences ha contado con la celebración de una mesa redonda sobre Como construir el futuro de los Sistemas Alimentarios moderada por los periodistas, Rafael Daniel, de elEconomista.es, y Martim Silva del semanario portugués Expressocon la participación de Clara Moura Guedes, CEO de Saltiproud/Monte do Pasto (Portugal); Inês Lima, directora general de McDonald's (Portugal); Anna Lenz, CEO de Nestlé (Portugal); Jean-Baptiste Bachelerie, CEO de Sonae Sparkfood (Portugal); José María Bonmatí, director de AECOC (España); y Robbert de Vreede, director de Marketing y Desarrollo de Negocios de Nutrición en Unilever (Holanda).

Mesa redonda sobre el futuro de los sistemas alimentarios

Moura Guedes ha destacado el cambio de mentalidad entre los empresarios agrícolas, subrayando la necesidad de alimentar a una población en constante aumento con un enfoque en la sostenibilidad. Señaló tres aspectos cruciales: la necesidad de abordar las desigualdades en la distribución de alimentos a nivel mundial, las complejidades de las cadenas logísticas globales, y la importancia de converger hacia soluciones comunes.
En el caso de la producción sostenible de carne extensiva (que es el core de Monte do Pasto), Clara Moura Guedes enfatizó que su empresa prioriza la sostenibilidad ambiental y social, destacando la agricultura de cero carbono y el control de toda la cadena de suministro. Además, hizo hincapié en la importancia de incentivar prácticas sostenibles también en la obtención de materias primas.
Inês Lima, de McDonald's Portugal, resaltó el desafío que enfrenta a toda la cadena de valor alimentaria, especialmente en un contexto de inflación y pandemia. Subrayó el compromiso de su compañía con la sostenibilidad, destacando la diversificación de su oferta, la reformulación nutricional de sus productos y el apoyo a la agricultura regenerativa. Además, destacó la importancia de gestionar adecuadamente los residuos y de trabajar en colaboración con proveedores locales (40% de sus proveedores son portugueses).
Anna Lenz, CEO de Nestlé Portugal, centró su intervención en la importancia de la nutrición sostenible. Propuso reducir el consumo de proteína animal en favor de la proteína vegetal y destacó los esfuerzos de Nestlé en la reducción gradual del contenido de azúcar y grasa en sus productos. Anna Lenz también mencionó la necesidad de abordar el desperdicio alimentario y la importancia de la educación del consumidor.
Jean-Baptiste Bachelerie, CEO de Sonae Sparkfood, una compañía que invierte en startups innovadoras, adoptó un tono menos optimista, abogando por un cambio en nuestros hábitos alimentarios, la reducción del desperdicio y también la disminución del consumo de carne en favor de alternativas vegetales. Consideró que la tendencia actual se centra en productos más fáciles de digerir y alimentos libres de proteína animal.

Jean-Baptiste avanzó que dentro de poco Sonae Sparkfood invertirá en el sector de los champiñones, en microalgas y en obtención de proteína a partir de insectos para uso en acuicultura. También apostará por la nutrición personalizada mediante AI. Según Jean-Baptiste existe la siguiente lógica por parte del consumidor: "bueno para mí, bueno para mi cartera y solo al final, bueno para el planeta".

José María Bonmatí, director de la asociación de la importante asociación empresarial española AECOC, se mostró optimista respecto a los desafíos del sector alimentario, destacando la importancia de mejorar la calidad alimentaria y fortalecer la confianza del consumidor. Reconoció las paradojas en las preferencias del consumidor, quienes buscan marcas sostenibles pero también buscan precios bajos. Subrayó la necesidad de gestionar bien las regulaciones normativas y de comunicar de manera efectiva los esfuerzos de la cadena agroalimentaria por la sostenibilidad, un compromiso que arranca en las propias empresas.

Robbert de Vreede, director de Marketing y Desarrollo de Negocios de Nutrición
en Unilever, resaltó la responsabilidad de la empresa en regenerar la agricultura, reducir el desperdicio y equilibrar el consumo de proteína animal y vegetal. Reconoció las dificultades de exigir cambios a los agricultores sin proporcionar los recursos necesarios y destacó la importancia de influir gradualmente en el comportamiento del consumidor hacia opciones más sostenibles.