
Llegamos a noviembre y la incertidumbre económica permanece. La inflación, enemigo público número uno, sigue preocupando. En España, lleva tres meses de moderación: del 10,8% de julio hemos pasado al 7,3% previsto para octubre. Pero los precios siguen creciendo y la llamada inflación subyacente -que excluye alimentos no elaborados y energía- sigue atascada por encima del 6%. Y en la eurozona, nos acercamos al 11%.
En este contexto, los ahorradores buscan alternativas para proteger su dinero. La subida de tipos hace que los préstamos -y singularmente las hipotecas- sean más caros. Pero también que tener el dinero en el banco sea más rentable... en teoría. Aunque algunos bancos extranjeros y de nicho ofrecen un 2% TAE en España, las grandes entidades -que concentran el grueso de los depósitos- no tienen prisa por mejorar su remuneración...
Inversiones como alternativa
Al final, para sacarles partido a los ahorros no queda sino invertir, pero ¿dónde? La inflación, la subida de tipos y la guerra en Ucrania han complicado el panorama económico en todo el mundo. Cuando los temores de recesión aumentan, los mercados suelen reflejarlo con caídas e inestabilidad. No hay más que echar un vistazo a la evolución de las principales Bolsas en los últimos 12 meses.
De ahí que las opciones de inversión que guardan poca relación con el comportamiento de acciones, fondos y valores. Son las llamadas inversiones alternativas. Claro que hay muchos tipos, desde los hedge funds a las obras de arte, pasando por las materias primas. Pero no es fácil adentrarse en los mercados de futuros ni comprar un Picasso para protegerse de la inflación. Por suerte, hay un tipo de inversión alternativa mucho más accesible al pequeño ahorrador: el ladrillo de toda la vida.
Es más, si alguna vez has comprado una casa, ya eres un inversor alternativo. La hipoteca suele verse como una incómoda compañera de viaje pero es también una forma de canalizar ahorros hacia la inversión, y en muchos casos la única. Desde luego, adquirir una vivienda no es una tarea fácil e hipotecarse no es una perspectiva tentadora, sobre todo con el euríbor en el 2,6%.
Invertir sobre seguro desde 500 euros
Por suerte, hay alternativas dentro de la inversión alternativa. Plataformas como Urbanitae permiten invertir en inmuebles a partir de un mínimo de 500 euros. A la ventaja de la diversificación, la propuesta de Urbanitae suma la sencillez. No hace falta ser un experto ni chequear cada día las cotizaciones o los tuits de Elon Musk para saber cómo funciona el sector inmobiliario.
Los beneficios de invertir en ladrillo destacan más sobre un contexto marcado por la inflación. El precio de la vivienda ha subido un 9,2% en el último año y, aunque a medio plazo se espera cierta moderación, las perspectivas son buenas. En esencia, hay demanda suficiente y poca oferta, y el ahorro de las familias está en niveles de récord. Todo ello apunta a que el inmobiliario resistirá bien durante 2023.
Por lo que hace a Urbanitae, los números hablan por sí solos. El año pasado financió 25 proyectos por un total cercano a los 33 millones de euros. Solo en lo que va de 2022 ha financiado más de 50 millones en 24 proyectos a través de unas 17.000 inversiones. Es cierto que el dinero solo se recupera al final del proyecto, que suelen tener una duración aproximada de 21 meses. Pero la rentabilidad anual promedio de los proyectos devueltos ronda el 17%.
No es ciencia ficción. Invertir con Urbanitae es, en esencia, invertir en promoción inmobiliaria, un área de actividad que ofrece usualmente retornos de doble dígito. La tecnología es lo que hace posible que en un mismo proyecto puedan participar como socios miles de pequeños inversores y acceder, igual que el promotor, a las rentabilidades generadas. Sin costes y desde el móvil. No hay muchas alternativas que se le parezcan...
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