Elon Musk ha cumplido su palabra. Este viernes, el nuevo propietario de Twitter ha despedido a la mitad de los cerca de 7.500 empleados que tenía en plantilla la red social. El problema es que, por el camino, la compañía también ha perdido una importante fuente de ingresos: los anunciantes. El motivo no sería otro que el miedo creciente a que la plataforma se inunde de fakenews y discursos de odio bajo el liderazgo del multimillonario.
Por su parte, Musk ha responsabilizado de esta fuga de anunciantes a "grupos activistas". Según él, estos colectivos han presionado a las firmas para que suspendan el gasto en la red social cuando todavía "nada ha cambiado con la moderación de contenidos". Asimismo, ha señalado que han hecho "todo lo posible" para apaciguarlos y les ha acusado de intentar "destruir la libertad de expresión en EEUU".
Twitter has had a massive drop in revenue, due to activist groups pressuring advertisers, even though nothing has changed with content moderation and we did everything we could to appease the activists.
— Elon Musk (@elonmusk) November 4, 2022
Extremely messed up! They're trying to destroy free speech in America.
En el momento en el que el CEO de Tesla y fundador de SpaceX hizo pública su intención de comprar Twitter, la red social tenía 3.900 anunciantes. En agosto, esa cifra descendió hasta los 2.300, aunque un mes después volvió a remontar hasta los 2.900, según datos de MediaRadar.
Al mismo tiempo, la plataforma ha visto reducirse el número de nuevos anunciantes. Antes de julio, Twitter añadía más de 1.000 nuevos contratos de publicidad cada mes. Sin embargo, coincidiendo con el recrudecimiento de la disputa entre Musk y la red social, dicha cifra disminuyó a apenas 200. En septiembre, la compañía registró casi 670 nuevos anunciantes.
Aunque Musk no ha especificado cuántos ingresos ha perdido Twitter, ya se conocen algunas de las empresas que han decidido suspender el gasto en publicidad en la red social. En concreto, son: Audi, Lamborghini, Bentley, Porsche, el Grupo Volkswagen, la cervecera danesa Carlsberg Group, United Airlines, el minorista de equipamiento y ropa para actividades al aire libre REI, y General Motors, según recogen The New York Times y CNBC. Solo este último habría gastado de media de 1,7 millones de dólares al mes en la red social, lo que permite hacerse una idea de la envergadura del agujero al que se enfrenta la compañía.
Despidos masivos
La semana pasada salió a la luz que la intención inicial de Elon Musk era reducir la plantilla de Twitter en un 75%. Sin embargo, el multimillonario lo negó y dejó a sus empleados, así como al resto del mundo, en vilo. No obstante, la espera ha sido breve. Este viernes, el nuevo propietario de la red social ha despedido a casi 3.700 empleados.
En un escueto tuit, el nuevo propietario de la compañía ha justificado este recorte de personal diciendo que es la única opción cuando "la empresa está perdiendo más de 4 millones de dólares al día". "A todos los que salieron se les ofreció 3 meses de indemnización, que es un 50% más de lo que exige la ley", ha añadido Musk.
Regarding Twitter's reduction in force, unfortunately there is no choice when the company is losing over $4M/day.
— Elon Musk (@elonmusk) November 4, 2022
Everyone exited was offered 3 months of severance, which is 50% more than legally required.
De esta manera, los 3.700 empleados despedidos se unen al hasta hace una semana CEO de Twitter, Parag Agrawal, y a los máximos responsables de los departamentos financieros y legal. En cambio, fueron los propios directores de RRHH, publicidad y marketing quieren decidieron abandonar la compañía.
El significativo recorte de plantilla forma parte del plan del excéntrico multimillonario para ahorrar unos 1.000 millones de dólares al año. Casualmente, es la misma cantidad que Musk tiene que devolver a los bancos que le prestaron el dinero para completar la adquisición de Twitter, según El Confidencial. Entre las entidades prestatarias se encuentran Morgan Stanley, Bank of America, Barclays y Mitsubishi UFJ Financial Group.