Banca y finanzas

Carlos Torres respira: logra un apoyo a su reelección como consejero de BBVA del 98%

  • Agradece a los socios el respaldo ante las presiones de los fondos
Carlos Torres, presidente ejecutivo de BBVA. Foto: Reuters.

El presidente del banco respiró aliviado y deslizó la primera sonrisa de la junta cuando el secretario del consejo informó a los accionistas el resultado de la votación a su reelección como consejero. Carlos Torres obtuvo el respaldo del 98% de los socios de BBVA para repetir como miembro del órgano rector de la entidad, puesto imprescindible para ser el máximo responsable del grupo.

Una de las mayores preocupaciones previas era que los votos favorables fueran mayoritarios pero con un porcentaje my inferior después de la gestión del caso Villarejo y los lazos que le unen a su antecesor, Francisco González, algo que le hubieran dejado en una posición bastante debilitada.

En los últimos días había corrido como la pólvora en el mercado que los asesores de los grandes fondos de inversión estaban aconsejando un voto de castigo a Torres por el escándalo de las supuestas escuchas ilegales, ya que podría afectar gravemente en un futuro al desarrollo del negocio y el patrimonio de la entidad. Finalmente, los grandes fondos no tuvieron en cuenta estos consejos, ya que sólo el 2% rechazó la propuesta de reelección de Torres para los próximos tres años.

El apoyo al resto de puntos de orden del día también fue casi unánime, entre los que destaca la política de remuneraciones para la cúpula, que obtuvo el visto bueno del 95% y el 97% a la gestión de la entidad. El nombramiento como consejero delegado del grupo del turco Onur Genç fue respaldado con un 99%, un nivel superior al de Torres.

Ambos se estrenaron en la junta de accionistas como máximos responsables de BBVA, por lo que la asamblea era una auténtica prueba de fuego en un momento delicado por el 'caso Vllarejo' y las posibles consecuencias.

Tal era la preocupación, que Torres se despidió de los asistentes a la asamblea agradeciendo tal aprobación porque "refleja no sólo el apoyo a las personas, sino al proyecto que está desarrollando un gran equipo comprometido".

A lo largo de toda la reunión, que fue más corta de lo que se esperaba y menos caldeada, Torres mostró un cansancio visible en su rostro, fruto de la tensión de los últimos meses por el escándalo y de la salida temporal de González de la presidencia el día anterior.

A diferencia de otras ocasiones, en esta ocasión el presidente no defendió a su antecesor. Simplemente agradeció públicamente su renuncia voluntaria y temporal, una marcha que algún accionista reclamó que fuera indefinida.

En ningún momento Torres habló sobre la responsabilidad que podría tener el expresidente ejecutivo y de honor de BBVA sobre las supuestas escuchas de Villarejo. A principios de febrero, en cambio, indicó de manera rotunda que creía en la palabra de González cuando le señalaba que no sabía nada de esta trama de espionaje.

Entonces, el nuevo máximo responsable de BBVA afirmó que estaba convencido de la honorabilidad y los principios con los que trabajaba su antecesor y sostuvo que no podía hacer nada para que se marchara. "No soy nadie para pedir su dimisión", señaló Torres

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