
Los inspectores del Banco de España no solo cuestionaron la actitud del supervisor en el proceso de salida a bolsa de Bankia. De acuerdo con los correos internos en poder de la Audiencia Nacional y las actas de las reuniones semanales con directivos del grupo que presidía Rodrigo Rato en 2011, también pusieron en duda su credibilidad anteriormente respecto a otras entidades financieras. En otro orden, Duro Felguera ha retirado su demanda a Bankia por la salida a bolsa.
Así consta, por ejemplo, en un documento sobre un encuentro celebrado el 6 de abril de 2011, previo por lo tanto a la OPV. A la misma asistieron por parte de Caja Madrid, entre otros, Álvaro Canosa, Jaime Comunión o Íñigo Sáinz y por parte del Banco de España los inspectores José Carlos Molina Franquelo y Luisa Sánchez, que no dejaron lugar a dudas sobre las decisiones que adoptaba el organismo regulador.
Tras asegurar que el mercado se está cerrando para las entidades de crédito, señalan que las principales causas con la bajada de rating a 30 de ellas por parte de Moody's y "las dudas que ha despertado en los inversores la ruptura de Banco Base sobre la credibilidad de las cifras supervisadas por el Banco de España". El Banco Base fue una entidad creada en diciembre de 2010 a partir de la integración de la CAM, Cajastur, Caja de Extremadura y Caja Cantabria. La dirección de la CAM había descartado así la fusión con Caja Madrid, que era la opción preferida por el Banco de España, o con Bancaja, la otra gran caja de ahorros de la Comunidad Valenciana, que se había mostrado inviable.
El 30 de marzo de 2011 las asambleas de Cajastur, Caja Cantabria y Caja de Extremadura rechazaron sin embargo esta fusión, tras conocer que la situación de CAM era peor de lo que se pensaba, y que, dado el volumen de ayudas públicas que serían necesarias, el Estado se tendría que convertir en el principal accionista del banco.
Los responsables de las cajas de Asturias, Cantabria y Extremadura se habían fiado de los números que habían aportado los directivos del Banco de España sobre el estado de situación de la entidad alicantina. Gracias a una cláusula de rescisión del contrato pudieron dar marcha atrás al proyecto meses después de firmar el acuerdo.
La CAM tuvo que ser intervenida con una ayuda del Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) de más de 5.000 millones y posteriormente adjudicada a Banco Sabadell con un esquema contra pérdidas de unos 16.000 millones hasta 2021.