Era un secreto a voces. La filial estadounidense de Banco Santander, Santander Holdings USA y el negocio norteamericano de Deutsche Bank fueron las únicas entidades que suspendieron la segunda fase de las pruebas de esfuerzo elaboradas por la Reserva Federal. Aunque las 31 entidades sometidas este análisis cumplieron con sus colchones de capital, el conocido como Análisis y Revisión Integral de Capital (CCAR, por sus siglas en inglés) encontró por segundo año consecutivo serias carencias en los planes de retribución presentados por la entidad española.
Según el Consejo de Gobierno de la Reserva Federal el plan de retribución de capital, en el que se incluyen dividendos y recompras de acciones, de Santander Holdings USA registró "deficiencias generalizadas y críticas en sus procesos de planificación". De hecho, los funcionarios encontraron una retahíla de taras específicas en áreas clave, como la gobernanza, los controles internos, la identificación y gestión de riesgos, sistemas de información gerencial y las hipótesis y análisis que apoyan los procesos de planificación de la capital.
En el caso de Deutsche Bank, considerado un banco con riesgo sistémico debido a su tamaño y la complejidad de sus operaciones estadounidenses, la Reserva Federal identificó también numerosas e importantes deficiencias en el proceso de identificación de riesgos, controles internos y planes de contingencia ante posibles pérdidas.
En este sentido, la Fed dejó claro que la filial estadounidense del Banco Santander, así como las operaciones en el país de Deutsche Bank, sólo podrán llevar a cabo las distribuciones de capital "que estén expresamente permitidas por la Reserva Federal". Eso sí, los reguladores dejaron la puerta abierta para que ambas entidades vuelvan a presentar sus planes de capital una vez que logren "un progreso sustancial para remediar los problemas" que han llevado a poner freno a los planes de recompra de acciones y reparto de dividendos de ambos bancos.
Las "preocupaciones cualitativas" generadas por la estrategia de Santander Holdings USA obligan al banco a frenar sus planes de retribución "desde el comienzo del segundo trimestre de este año hasta el segundo trimestre de 2016". Durante este periodo de tiempo, la entidad bancaria "no puede realizar ningún tipo de distribución de su capital a no ser que éste sea expresamente aprobado por la Reserva Federal".
Desde Santander Holdings USA afirmaron que la Reserva Federal no se ha opuesto, de momento, al pago de dividendos sobre sus acciones preferentes aunque reconocían que, sin embargo, "todas las acciones de capital deben contar con una autorización previa de la Fed".
Scott Powell, CEO de Santander Holdings USA dijo en un comunicado que estos resultados "ponen de manifiesto que todavía tenemos mucho trabajo por hacer para cumplir con las expectativas de nuestros reguladores y nuestros propios estándares de excelencia".
El ratio Tier 1 de Santander Holdings USA alcanzó el 11% el 30 de septiembre de 2014. De acuerdo al escenario adverso grave planteado por la Reserva Federal, el ratio Tier 1 de la entidad se reduciría a un mínimo de 9,4% durante el tiempo proyectado por estas pruebas de esfuerzo, por lo que el colchón de capital quedaría muy por encima de los mínimos estipulados.
El resto de 29 bancos se salvan
La Fed no rechazó los planes presentados por el resto de 29 bancos evaluados aunque Bank of America tendrá que presentar de nuevo un plan estratégico de recaudación de capital antes del 30 septiembre para poder así seguir adelante con sus planes de recompra y entrega de dividendos a sus inversores.
Los bancos estadounidenses han aumentado sustancialmente su capital desde la primera ronda de pruebas de resistencia realizadas en 2009. La relación de capital ordinario Tier 1 - que compara el capital de alta calidad con respecto a los activos de riesgo - de los 31 holdings bancarios incluidos en estos test de estrés se ha duplicado desde el 5,5% registrado en el primer trimestre de 2009 hasta el 12,5% registrado en el cuarto trimestre de 2014.
Esto refleja un aumento de capital ordinario de más de 641.000 millones de dólares hasta alcanzar los 1,1 billones de dólares a finales del año pasado. Las instituciones bancarias analizadas este año representan más del 80% de los activo bancarios nacionales, es decir, alrededor de 14 billones de dólares.
El gobernador de la Reserva Federal, Daniel K. Tarullo, reiteró de nuevo en el documento publicado ayer que "los niveles de capital más altos en los grandes bancos aumentan la capacidad de recuperación del sistema financiero". "Nuestras pruebas de estrés están diseñadas para garantizar que estos bancos tienen suficiente capital para continuar prestando a las empresas y los hogares estadounidenses, incluso ante una grave recesión económica", sentenció.