Banca y finanzas

La sede del Banco de España en Barcelona suma 27.600 metros cuadrados para solo 60 empleados

  • Tiene un plan para elevar la actividad: un centro de IA y parte de la dirección de Economía
  • El propio Escrivá admite que el inmueble está "infrautilizado" y poco apropiado para sus funciones actuales 
Sede de Banco de España en Barcelona. EE
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27.600 metros cuadrados repartidos entre diez plantas en altura y tres sótanos. Esta es la descripción técnica de la sede que el Banco de España tiene en plena plaça de Catalunya de Barcelona; una de las zonas más cotizadas en el inmobiliario catalán. El regulador cuenta con una sede de otra época para apenas 60 trabajadores y que se ha propuesto dotar de actividad tras años en los que estuvo semivacío y funcionando al ralentí.

El propio gobernador del Banco de España, José Luis Escrivá, admitía en una entrevista concedida en febrero a La Vanguardia que el céntrico inmueble estaba "claramente infrautilizado". Además, añadía: "en algunos aspectos no es apropiado para sus funciones actuales, como la distribución y el procesamiento de efectivo, por ejemplo, que exige un operativo muy complejo al estar en un edificio tan en el centro".

Fuentes del sector inmobiliario sostienen que, para 60 empleados, 1.000 metros cuadrados serían suficientes; a falta de añadir la superficie necesaria para la infraestructura de la entidad.

Por ello, la entidad ha lanzado un plan para reforzar su presencia en la ciudad. Hace tres meses ya anunció que iba a abrir un centro de innovación en Barcelona "aprovechando el talento tecnológico de la zona". El regulador ya ha cerrado la convocatoria para la primera oleada de incorporaciones, que está en fase de entrevistas.

El Banco de España celebra especialmente la alianza con el Barcelona Supercomputing Center, con el que firmaron un acuerdo para desarrollar la Inteligencia Artificial en el ámbito financiero, así como evaluar nuevas tecnologías en un ámbito controlado, así como la aplicación del modelo de lenguaje ALIA –un modelo hecho en España- en la industria.

Aunque a menor escala, la institución también podría establecer relaciones y vínculos con el hub financiero abierto en la Bolsa de Barcelona, a poco más de 500 metros de distancia.

Pero más allá del centro de innovación, Escrivá también planea trasladar a la capital catalana parte de la dirección de Economía aprovechando la salida del director general del departamento, Ángel Gavilán. Este "troceo" supondrá que parte de los funcionarios ubicados en la sede central de la calle Alcalá deberían mudarse a la delegación catalana.

No obstante, Escrivá asume que solamente con trabajadores del Banco de España no se llenarán los casi 28.000 metros de superficie del activo. "Para buscar una utilización acorde con el sitio debemos hablar con las autoridades catalanas, para que se impliquen y que este edificio pueda tener una utilidad mucho mayor", decía en febrero.

El movimiento, aunque a costa de Madrid, supondría volver a llenar un edificio inaugurado en 1955 y que es la cuarta sede que el Banco de España ha tenido en Barcelona. La primera se abrió en 1874, ocho meses después de obtener el monopolio de emisión de billetes en España. Fue en la calle Ample, en una casa propiedad de Manuel Girona, promotor del Banco de Barcelona. En 1892 se trasladó a Las Ramblas y de allí a un edificio modernista en la avenida de la Catedral en 1932. No fue hasta 23 años después cuando aterrizó en su actual ubicación.

La tendencia de los organismos públicos

La decisión del Banco de España se suma a la que estudia la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), que es poner la dirección de Servicios Digitales, de nueva creación, en el inmueble de la calle Bolivia del distrito 22@ barcelonés, que costó más de 62,5 millones de euros y se inauguró en 2010.

El organismo ocupa las plantas que van de la séptima a la décima, mientras que en las demás están la agencia EFE, la Comisión Nacional de los Mercados y Valores (CNMV), el Tribunal Económico Administrativo y Tragsa. Al contrario de lo que pueda suceder en su sede central, el edificio tiene margen para crecer y ganar actividad.

También coincide en el tiempo con los intentos del Consorci de la Zona Franca de Barcelona de dar un nuevo uso al histórico edificio de Correos, al pie de la Via Laietana, que mantiene dependencias del servicio postal, pero que está prácticamente vacío. El Consorci pretende crear allí un un centro de formación y una aceleradora de start ups, pero las diferencias en la tasación del inmueble hacen que la operación lleve encallada años.

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