Banca y finanzas

Las aseguradoras gastan menos en prestaciones farmacéuticas en Muface que hace cinco años

  • Reducen los costes en estos servicios a pesar de que hay más demanda de recetas
Sede provincial de Muface en Madrid. EP

El tira y afloja de Adeslas, Asisa y DKV –las tres aseguradoras que hasta ahora forman parte de Muface– y el Gobierno no cesa. Las primeras piden un incremento mayor en las primas para poder hacer frente a los costes que les está suponiendo participar en la mutualidad, mientras el Ejecutivo, que aún no ha lanzado una nueva oferta, insiste que la anterior ya era "la mayor subida de primas de la historia de Muface".

Entretanto, la mutualidad, dependiente del Ministerio para la Transformación Digital y de la Función Pública, publicó la memoria del 2023, y haciendo un ejercicio de comparación con el 2019 –año previo a la pandemia–, se puede comprobar como las compañías, junto a la propia mutualidad (ya que se financia al 50%) han rebajado el gasto en prestación de servicios farmacéuticos pese a que el colectivo de funcionarios que optan por la sanidad privada está cada vez más envejecido y reclame más recetas.

En concreto, el importe se reduce en algo más de 50 millones de euros, aportando las aseguradoras unos 170 millones de los 197 millones en 2019. Ambos periodos además son comparables por el hecho de tener una cantidad de mutualistas similares –apenas hay una diferencia de 16.000 mutualistas más el año pasado–.

La correlación marca que, con una población más envejecida, más uso se hace de los servicios sanitarios, por lo que aumenta el coste. Este argumento ha sido uno de los principales de las aseguradoras para apretar al Gobierno con la nueva licitación. Sin embargo, y a pesar de que la edad media del conjunto de mutualistas ha crecido en cuatro años –de casi 43 a 47– en una década, el "uso" del seguro no está aumentando de forma tan exponencial.

Así lo reflejan los datos de las consultas en atención primaria en todas sus formas (medicina de familia, pediatría, enfermería, matrona, fisioterapia y podología), en todos ellos el uso de los mismos ha descendido en 2023 respecto al 2019. El que más lo hace es este último, con casi la mitad de consultas que hace un lustro, pasando de 11.000 a casi 5.500. El servicio que menos variación denota es la medicina de familia, el más visitado, aunque las consultas caen en algo más de 100.000.

Sí que asciende la frecuencia de las pruebas médicas. Al igual que sucede con la atención primaria, las consultas cayeron a mínimos en 2020 por el confinamiento, pero en 2021 volvieron a repuntar. Pero, a diferencia de con las primeras, en las que la subida no llegó a ser más alta que lo que ya había en 2019, en las pruebas diagnósticas sí que se ha superado el umbral, empujado por los análisis clínicos, que es el que más aumenta (un 5,25%).

De igual forma, el número de recetas también crece. En los periodos ya comparados, de 26,1 millones de recetas se ha pasado a 29,1 millones, un 11,7% más. Pero en cuanto al importe por persona, este cae hasta 40 euros, y el gasto medio por receta ha pasado de 15,17 euros a 11,69 euros.

Por otro lado, las hospitalizaciones en este periodo es el indicador que más ha aumentado: un 22,8%. Este es uno de los focos principales de gasto, aunque comparándolo con el Sistema Nacional de Salud (SNS), tanto la estancia media de los pacientes como el consumo de recursos en los hospitales es menor en Muface que en la pública, aunque la edad media de estos ingresos es cinco años más en la mutualidad que en el SNS.

Otros parámetros, como las cirugías ambulatorias (+2.46%) y menores (+0,8%) apenas varían desde entonces. La atención de urgencia en hospitales sí que crece en unos 50.000 casos, lo que implica un 5,4% más, aunque las ambulatorias caen más de un 16%.

Presión por otros costes

Aunque el gasto en prestaciones se haya rebajado para las aseguradoras, las compañías también tienen que hacer frente a los costes de personal. De ahí que entre Adeslas, Asisa y DKV reporten, por este y otros motivos, unas pérdidas estimadas de 429 millones de euros para este trienio que finaliza el 31 de diciembre.

Ese incremento en las primas del 17,12% sigue siendo insuficiente para las aseguradoras porque también están siendo presionadas por los profesionales sanitarios, los cuales están emigrando en masa a la pública o a otros países debido a los bajos salarios.

Desde las tres compañías reportan que esa demanda de mayores primas también servirá para mejorar las condiciones de doctores y médicos, algo que desde Aspe, la patronal de la sanidad privada, y Unipromel, que defiende a los profesionales autónomos, llevan tiempo reclamando. Desde la industria del seguro explican que es imposible igualar las condiciones de la pública habiendo tanta diferencia entre la prima media por paciente de Muface –1.208 euros por la nueva oferta– con la del sistema público de salud –1.736 euros–.

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