Banca y finanzas

BBVA se la juega: los expertos ven margen para pagar a Sabadell parte en cash y evitar el daño reputacional del fracaso

  • La cúpula del vasco puede reservarse cartas para evitar que naufrague de nuevo la fusión
Onur Genç y Carlos Torres, consejero delegado y presidente de BBVA.

La sorpresiva oferta de BBVA con un consejo de administración de Sabadell que, a priori, parece reticente a aceptar el canje propuesto en acciones, siembra dudas. ¿Por qué ahora y no hace dos años cuando se había despejado la incertidumbre de la pandemia y el grupo catalán, que ya había enderezado las cuentas, era mucho más barato? Y ¿puede la cúpula de BBVA volver a fracasar como en 2020?

"Sí, se lo puede permitir porque el banco está muy saneado y no tendría influencia en su marcha económica. Otra cosa es el prestigio de la directiva, que en fusiones no está muy acertada", indica un analista. "Difícil pronóstico, ¿se puede permitir el ridículo? Me extrañaría que no hubiese pulsado los apoyos del consejo antes de lanzarla", reflexiona otro experto.

El empeño de BBVA, si prospera, permitiría a Carlos Torres rubricar la operación de calado con que sueña todo presidente de una compañía. Desde que asumió el cargo en el arranque de 2019 para relevar a Francisco González, forzado a salir con anticipación del grupo por el 'Caso Villarejo', ha realizado dos operaciones. Vendió el negocio retail en Estados Unidos a PNC por 9.600 millones, de los que casi 8.000 millones se tradujeron en exceso de capital, y creció en Garanti.

Menor peso en emergentes

Con parte del talón y tras fracasar las negociaciones con Sabadell,subió del 49,85 al 85,97% la participación accionarial en el turco Garanti a través de una opa con una inversión de 1.410 millones. La limitada dimensión de la subsidiaria en EEUU, una región por la que apostó su predecesor González, impedía competir de forma eficiente y aprovechó una fabulosa oferta para desinvertir.

Sin embargo, el refuerzo en el mercado azteca no era una opción que gustase al supervisor y, aunque Garanti ha estabilizado las cuentas en medio de la galopante hiperinflación, queda la asignatura pendiente de reequilibrar el balance hacia mercados maduros y más estables. Según los expertos de Jefferies, integrar Sabadell bascularía la aportación de resultados desde los emergentes desde el 77 al 66%, con más peso en España y la pica británica de TSB.

En septiembre de 2022 y aprovechando una conferencia financiera organizada por Bank of América en Londres, el consejero delegado del grupo vasco, Onur Çenç, ponía de nuevo al Sabadell en el punto de mira al decir que BBVA quería "consolidación doméstica".

En México es difícil por su situación de liderazgo, con cuotas de mercado superiores al 25%. Crecer en países como Colombia o Perú cambiaría poco su fisonomía y los expertos no ven clara una operación en Europa o la vuelta a Estados Unidos porque no se han sentado las bases para las fusiones transfronterizas por obstáculos regulatorios y la falta de un fondo de garantía único, y tampoco obtendría las sinergias de una integración doméstica.

Aquí Sabadell "tiene lógica industrial, refuerza su presencia en pymes y empresas y le confiere una dimensión que no lograría si integrase, por ejemplo, a Unicaja", agregan. "Es una oportunidad más que una necesidad, salvo que haya cuestiones que lo justifiquen y se nos escapen", comparte otro experto, convencido de que la rebaja de tipos achicará los márgenes y el dinamismo de la economía "impide todavía tener el fuelle suficiente para compensarlo con volumen nuevo".

Faltan claves sobre la ofensiva

Pero la falta de negociación previa y que la oferta haya sorprendido al consejo de Sabadell siembra dudas sobre su culminación. El mercado ve limitado margen para elevar la valoración desde los 12.000 millones ofertados si aspira, como prevé, elevar el beneficio por acción (BPA) desde el primer año de la fusión al 3,5%. "Si tiene que aumentar más de un 20% su capital para atender el canje, como se prevé, difícilmente alcanzaría ese 3,5% de BPA", refieren.

Hay cierta convicción de que no es la última bala, aunque en 2020 la fusión naufragó por la falta de acuerdo en el precio y no querer subir la prima. El margen para el entendimiento podría llegar de una combinación de canje accionarial y financiar parte en efectivo.

"Dependerá de lo que quiera pagar, pero tiene un 12,82% de capital CET1, 82 puntos básicos por encima del nivel 11,5-12% objetivo. Son unos 2.500-3.000 millones de euros. Si está empeñado en Sabadell sería aceptable siempre que el nuevo grupo preserve la capacidad para recomponer pronto el capital", apuntan.

Tampoco ha calado bien que BBVA quiera todo el poder ejecutivo y apenas reserve tres sillones no ejecutivos en su consejo a Sabadell (en 2020 propuso dos, pero Sabadell no tenían rentabilidad por el entonces lastre de TSB hoy en creciente aportación a la cuenta).

A pesar de la inesperada oferta, sin conocimiento del consejo del banco catalán y con una atípica divulgación plena de sus condiciones sin estar consensuada, los expertos dan bajas opciones a que siga adelante como opa hostil. Sentaría, dicen, un incómodo precedente y perjudicaría al prestigio de la gerencia de BBVA. Si no cuajase, el banco "no se resentiría" sin descartar que sorprendiese con más remuneraciones al inversor o el desembarco en otros países, al estilo de la entrada en Italia, por la vía digital.

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