
BBVA no informó al Banco de España (BdE) antes de lanzar su oferta de compra sobreBanco Sabadell. Así lo confirman a elEconomista.es fuentes al tanto de estos movimientos que apuntan a que, si bien este paso no es obligatorio debido a que la supervisión de entidades como BBVA se realizan directamente desde el Banco Central Europeo (BCE) –en concreto desde el SSM, mecanismo de supervisión–, sí que suele ser habitual en procesos como el que salió a la luz el pasado martes. En este sentido, apuntan a que se trata de un gesto de buen entendimiento entre los bancos y el regulador nacional, que se encarga directamente de otras entidades más pequeñas o de mediano tamaño.
Por contra, y pese a que el procedimiento exige que se haga una comunicación formal al regulador europeo a posteriori, fuentes financieras confirman a elEconomista.es que en Fráncfort, sede de este supervisor, sí tenían constancia de los movimientos de BBVA. Tanto el BdE como el BCE han sido contactados por este medio y han rechazado hacer comentarios al respecto.
Esta diferencia entre una y otra comunicación es entendida en cierta parte del mercado como una muestra de la relación del supervisor nacional con la entidad que encabezan Carlos Torres y Onur Genç. En este sentido, apuntan a que en operaciones anteriores que han tenido lugar en los últimos años, como CaixaBank-Bankia o Unicaja-Liberbank, sí se produjo este contacto previo con la intención de comunicar no solo la propuesta, si no también obtener un primer feedback del regulador nacional.
Cabe recordar que Pablo Hernández de Cos, actual gobernador del Banco de España, termina su mandato en apenas unas semanas, antes de que comience el verano, por lo que hay quien entiende que no será pieza clave en la operación si finalmente sale adelante.
Segunda intentona
La operación de compra de Sabadell por parte de BBVA intenta ahora una segunda oportunidad con el mismo equipo directivo que en la primera ocasión. El banco de origen vasco siguió también en esta propuesta, la estela de la anterior, con muchas similitudes, por ejemplo, en el planteamiento del gobierno corporativo. En aquel momento se estipuló la presidencia de Carlos Torres al frente del nuevo grupo y una vicepresidencia de nueva creación para Josep Oliu, su homólogo en Sabadell. BBVA nombraba al consejero delegado, cargo que ocupa Onur Genç en dicho banco, y el número dos de la entidad catalana, Jaime Guardiola, se mantendría vinculado al grupo durante una etapa para facilitar la transición.
Ahora, BBVA propone la incorporación de tres sillones de consejeros no ejecutivos al máximo órgano de la entidad, uno de ellos como vicepresidente. Si bien no se estipula quién será el que ocupe este último puesto, todo parece apuntar que el sillón lleva el nombre de Oliu. Así, los puestos ejecutivos quedarían en manos de BBVA, igual que entonces. La diferencia con aquel momento es que ahora no se han puesto nombres propios sobre la mesa.
La otra gran diferencia de esta propuesta con la que fracasó en 2020 tiene que ver con los tiempos que se están manejando en los movimientos. Ahora, el conocimiento del interés de BBVA y la formulación de la oferta ha sido casi instantáneo, impidiendo la repetición del rally bursátil en el Sabadell que estuvo en el centro de la disputa por el precio.
Tanto es así que, en un inédito movimiento por parte de la entidad vasca, solo un día después de que el consejo de Sabadell recibiese la oferta por escrito, todos los detalles de la misma se hicieron públicos a través de un comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). En aquel momento, la cúpula del banco vasco admitió intereses en operaciones corporativas y el mercado fue el que puso el foco al instante en la entidad catalana por sus vulnerabilidades, que además ahora han desaparecido.
En lo financiero, en cambio, también hay importantes similitudes entre la oferta de hace cuatro años y la lanzada esta semana. Cuando el grupo liderado por Torres formuló la oferta incluía una prima similar a la actual sobre la cotización del Sabadell antes de volar en bolsa –con un 30%–, y esta última entidad exigía una formulación más generosa tomando de base la cotización del momento en el que se oficializó el interés de compra.
Pese a que Sabadell todavía no se ha pronunciado, las primeras voces críticas con respecto a la oferta ya han empezado a surgir y apuntan a un mayor precio en efectivo. Con todo y con ello, BBVA mete cierta prisa por sacar adelante una operación que, según diferentes fuentes del mercado, no pueden "permitir que fracase por segunda vez". "Estamos preparados para avanzar de inmediato en la operación", señala BBVA en la carta que el consejo de administración envió a mediodía del pasado martes a Banco Sabadell.
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