Ibercaja ganó 304 millones de euros durante el pasado ejercicio, cifra que supone un aumento del 67,4% interanual impusado por el favorable impulso del negocio, el alza de tipos y tras destinar 29 millones al nuevo tributo a la banca.
El banco superó los objetivos fijados en el plan estratégico para finales de 2023: alcanzó una rentabilidad sobre patrimonio tangible (RoTE) del 11,6%, superior al 9% previsto y que había revisado al alza porque la versión inicial del plan era alcanzar el 7%. Su solvencia de máxima calidad CET1 fully-loaded avanzó al 12,7% frente al 12,5% ambicionado y el ratio de activos improductivos NPA bajó al 2,8% frente al 4% objetivo, y que también había mejorado a la baja frente al 5% inicial.
Ibercaja detalló este viernes que sus cuentas soportan en diciembre una gratificación extraordinaria a la plantilla de 18 millones en pago de bonus, precisamente, por pulverizar los retos estratégicos.
El banco mejoró la política retributiva con un reparto del 60% del beneficio en pay out permitió a su vez a la Fundación Ibercaja construir ya un 80% del fondo de reserva que exigirá la normativa tener constituido antes de 2026 si el banco no da el salto a bolsa. Está en su hoja de ruta, pero quiere buscar el mejor momento para cotizar.
El banco atribuyó el empuje de la cuenta en el "fuerte" crecimiento de los ingresos recurrentes, el "elevado dinamismo" comercial en la gestión de activos, seguros de riesgo y concesión de crédito.
El saldo gestionado de recursos minoristas creció un 3,6% y alcanzó los 71.506 millones, con expansiones del 19,3% en productos de gestión de activos y seguros de vida, que ya representan un 52,8% del total. La entidad destacó, de hecho, como la segunda con mayor aportación en fondos de inversión, con un récord 3.485 millones en aportaciones y que supune el 19% del total.
En crédito, el saldo bruto en cartera se redujo un 2,1%, hasta 28.611 millones por el aumento de las amortizaciones anticipadas por parte de las familias para limitar el impacto en sus hipotecas de la subida del euríbor y por la caída en la demanda de estos préstamos. La nueva concesión de financiación aumentó en la entidad un 6,6%, con descenso del 5,1% en hipotecas (cayó un 18,6% en el sector) y aumentos del 19,6% en empresas.
La traducción del dinamismo del negocio y la subida de tipos a la cuenta disparó un 42,9% el margen financiero y un 30,6% los ingresos recurrentes, rúbrica que también incluye la aportación de las comisiones.
Su ratio de eficiencia recurrente descendió desde el 59,1 al 48,1%, la tasa de morosidad bajó al 1,6% y situó la tasa de cobertura o hucha de provisiones frene a activos improductivos en el 81,5%.