
Abanca colocó la salida a bolsa en su hoja de ruta casi en el instante de ser adquirida en 2013 por parte del venezolano Banesco. Las sucesivas crisis y las malas valoraciones de una banca presionada por los tipos negativos fueron posponiendo la decisión gracias, también y sobre todo, a su buen desempeño, pero la carrera de adquisiciones que ha protagonizado le confiere una dimensión y un rol en el sector financiero que alienta la expectativa de que dé el paso hasta en el Banco Central Europeo (BCE), aunque la entidad aleja tal hito en el tiempo.
Hoy Abanca roza los 83.300 millones de euros en activos totales en un balance proforma que incluya el portugués Eurobic recién adquirido. Se consolida como el banco de mayor tamaño entre los no cotizados por dicho parámetro (Ibercaja alcanzaba los 54.360 millones en activos el pasado año y Kutxabank excede los 63.000 millones), y se acerca con celeridad a los 105.134 millones de Unicaja Banco compra a compra.
Carrera de adquisiciones en dos décadas
Banesco firmó su primera operación con Banco Etcheverría con el que integraría después la antigua Novagalicia (la rebautizó como Abanca). En 2017 adquirió Popular Servicios Financieros, antigua división de financiación al consumo del Pastor; en 2018 compró en Portugal el negocio local a Deutsche Bank y a la lusa Caixa Geral de Depósitos su filial española Banco Caixa General; en 2021, y tras fracasar en sus negociaciones de fusión con Liberbank, también hizo dupla con Bankoa y el negocio español de Novo Banco. El pasado año se quedó Targobank y acaba de firmar la operación con Eurobic que llegó a pactar en 2020 y se truncó por problemas de sus accionistas. Solo Targobank añadió 6.000 millones en volumen de negocio y el luso Eurobic sumará otros 11.700 millones.
La posición del BCE siempre ha sido proclive a que los bancos de cierta dimensión estén en bolsa. Hace dos décadas presionó de forma insistente a la banca mediana para que cotizase en medio de la reestructuración del sector como fórmula, sobre todo, para tener acceso a una financiación difícil de conseguir en malos momentos del ciclo y para que se sujeten a la disciplina del mercado.
Liberbank y Unicaja debutaron en el parqué y las fundaciones de Kutxabank e Ibercaja construirán la hucha que les exonera de dar el salto, aunque la aragonesa mantiene el hito como un objetivo aspiracional en su hoja de ruta. Abanca no está obligada al no pertenecer a una fundación, pero fuentes consultadas sostienen que al BCE le gustaría que vaya a bolsa mientras en la entidad financiera descartan tener tal sugerencia del supervisor.
Bajas valoraciones de la banca
El presidente del banco, Juan Carlos Escotet, aseguraba hace unos meses que la entidad "siempre ha tenido en mente" dicha operación aunque en la actualidad "no hay ningún incentivo" como lo prueba que los bancos coticen por debajo de su valor contable pese a disparar la rentabilidad. A medio plazo la previsión de los expertos es además que los márgenes bancarios se ajusten toda vez que los tipos estarían tocando techo y ante el riesgo de que aflore la morosidad.
Ni la regulación le obliga ni la situación es la de hace dos décadas cuando el BCE urgía ir al parqué. Entre otras razones buscaba profesionalizar la gestión y los consejos de las entidades. Abanca se ha dotado de un gobierno corporativo entre los estándares más altos de las cotizadas (de sus 12 miembros dos son ejecutivos y 9 son independientes), cuenta con un excedente de solvencia superior a los 1.500 millones de euros (pendiente del impacto de la compra de Eurobic) y el saneamiento del balance supera el promedio: su morosidad se limita al 2,3% y dispone de provisiones que cubren al 75% los activos improductivos. Sin embargo, el mercado abre vías para acelerar el crecimiento vía negocio y multiplica la munición para aspirar a transacciones de mayor envergadura.