La red de cajeros automáticos de Metro de Madrid sufrirá un fuerte adelgazamiento ante el cambio de hábitos de los ciudadanos. Dispondrá de apenas 20 terminales frente a los actuales 122 dispositivos después de haber testado y analizado la caída abrupta del uso de los equipos por parte de los viajeros para sacar efectivo.
La decisión la ha adoptado el metropolitano en el transcurso de la licitación de un contrato antaño fuertemente disputado por los bancos, ya que las fuerte afluencia de viajeros les garantizaba una transaccionalidad muy superior a los terminales a pie de calle o en sucursales.
El contrato existente venció en enero pasado, sin que Euro Automatic Cash (EAC) solicitase la prórroga de dos años a la que tenía derecho a optar. Esta compañía especialista participada por Banco Santander (heredó su inversión del Banco Popular) y Credit Mutuel alegó que pagaba un canon muy elevado a la luz de su uso actual y solicitó reducir el número de terminales a 75 y la calificación del espacio para su instalación para bajar el presupuesto. Pagaba 843.714 euros al año por los espacios cedidos.
Sin otras pujas de bancos
Metro de Madrid contactó con las principales entidades bancarias y especialistas que ofrecen servicio de cajeros automáticos, licitó un nuevo concurso en junio para instalar entre 30 y 55 terminales y quedó desierto. Dicha exploración sirvió a Metro de Madrid para comprobar que la situación actual en la actividad de los cajeros automáticos "está a la baja".
El contrato suscrito con Euro Automatic Cash posteriormente, de forma directa, prevé la cesión de sus instalaciones durante 5 años, con la posibilidad de una prórroga por otros dos y estipula un presupuesto de licitación de 106.474 euros.
La eclosión del ecommerce y los hábitos cada vez más digitales del ciudadano han provocado un cambio en los usos. Un estudio reciente del Banco de España estima que el efectivo continúa siendo el medio predominante (lo utilizan el 65% de los españoles a diario), pero pierde peso frente a la tarjeta (32%) y los dispositivos móviles (10%).
Sus estadísticas revelan que se pagaron operaciones por valor de 233.581 millones en 2022 con tarjetas frente a los 119.798 millones extraídos en cajeros. Las compras pagadas directamente con tarjeta superaron al dinero extraído en terminales por vez primera en la historia en el año 2016 y no han dejado de crecer a tasas muy superiores desde hace más de una década.
El pasado año el abono directo subió un 19,63% frente al 7,8% de los fondos sacados de cajeros, y aún en 2023 mantienen una evolución diferencial similar.