Banca y finanzas

Campa (EBA) dice que el impuestazo "no es bueno" para la banca y pide pedagogía para que la sociedad entienda sus resultados

José Manuel Campa, presidente de la AEB.

La Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés) entra de lleno en el debate sobre el impuestazo con un espaldarazo al sector. "No es bueno para la banca, está claro", afirmó este miércoles el presidente del organismo, José Manuel Campa, al tiempo que conminó a impartir pedagogía para que se entiendan bien los resultados de las entidades financieras.

"Ha subido la rentabilidad después de años en los que se ha situado por debajo del coste de capital. La sociedad piensa que es muy rentable y los inversores que es poco rentable y ahí hay una paradoja que tiene que explicarse", expuso durante el 30 Encuentro del Sector Financiero organizado por ABC y Deloitte.

El presidente de la EBA admitió que el tributo no es privativo del país sino que existenten fórmulas similares en "16 ó 17 países" de los 27 y que el debate sobre dicha imposición suele ocurrir en mercados donde "la estructura de los activos y pasivos difiere mucho" y se da un fuerte componente de tipos variables en la financiación.

La banca española ha empujado su rentabilidad media al 12,1% y destaca favorablemente en el conjunto del sector europeo después de años con el ratio deprimido a una horquilla del 4-5% durante la travesía de tipos negativos. Su empuje es producto de incrementos de beneficios que a junio pasado escalaban a ritmos del 25% por la expansión del 27% en el margen financiero de la mano de la traslación a los créditos de la subida de los tipos de interés sin que se haya repercutido aún en los depósitos.

La peculiaridad de la banca nacional, muy focalizada en el mercado retail, ha permitido al sector sacar mejor provecho que entidades de otras jurisdicciones por el fuerte componente hipotecario, con buena parte de la cartera otorgada a tipos variables.

Campa ilustró con un ejemplo directo su exposición y compartió que en el país donde reside el 95% de las hipotecas se encuentran ligadas a tipos fijos y no hay ningún debate sobre un gravamen así.

Durante su intervención, expuso que los últimos test de estrés realizados por la EBA junto al Banco Central Europeo (BCE) han probado que la banca europea "es resiliente y tiene capacidad de proveer financiación en un escenario adverso" de la economía. Valoró que cuenta con el capital "más alto desde que la Unión Bancaria" se constituyó, con colchones de liquidez "muy altos y la morosidad, paradógicamente, sigue bajando", además de que la cuenta de resultados y la rentabilidad es "muy buena y alta", tras años por debajo del coste de capital.

No obstante, avisó sobre riesgos de impagos. "Esperamos que la morosidad suba", afirmó, poniendo en el foco los "shocks" que puedan llegar desde ámbitos como el inmobiliario industrial y "también algo en empresas muy apalancadas". Su diagnóstico en morosidad lo realizó para el conjunto de la banca europea y precisó que los riesgos inmobiliarios se advierten "más en los países nórdicos" que en otras regiones de la Unión.

La rentabilidad, a examen

En la rentabilidad del sector también focalizó parte de su intervención Alejandra Kindelán, presidenta de la AEB. "El impuesto a la banca tiene efectos económicos contraproducentes", apuntó, recordando que este es uno de los factores que afecta a la rentabilidad del sector, más si cabe en un momento de desaceleración económica como el actual. "Hay que estar atentos al entorno y no es el momento para una medida así", reconoció.

Más allá del impacto que tiene el impuesto extraordinario sobre este indicador, Kindelán también puso el foco sobre la necesidad de escuchar al inversor en un momento en que la mejora de la rentabilidad no le convence y la mayoría de las entidades siguen cotizando por debajo del valor en libros. "Hay medidas que restan visibilidad", reiteró.

El tercero de los motivos por los que, en opinión de la presidenta de la patronal bancaria, la rentabilidad de la banca todavía no es suficiente tiene que ver con la "compleja" regulación a la que está sometida el sector con varios focos de atención -desde Bruselas a Fráncfort pasando por París-. "No tenenemos una visión completa de los requerimientos; es necesario buscar un marco en el que se piense más en la sostenibilidad", señaló.

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