Banca y finanzas

Las fusiones transfronterizas esperan por la nube

  • "La tecnología para pasar bancos de un núcleo a otro es un factor clave"
Recurso de la tecnología en la nube.

¿Una unión de un banco español con uno alemán o italiano o francés? Pese a que nivel de negocio pueda tener sentido, lo cierto es que las fusiones bancarias transfronterizas son un rara avis. Y las últimas no han salido precisamente bien. Uno de los mayores problemas a los que se enfrentan las entidades a la hora de plantear un movimiento de estas características (también en las uniones entre bancos nacionales) es la integración tecnológica, sobre todo cuando los volúmenes de información son tan importantes y su contenido, crítico. El avance de la tecnología en los últimos años ha ayudado a evitar ciertos problemas, pero la lentitud de la adaptación de la regulación y ciertas reticencias todavía no permiten que esta de carpetazo a las dificultades y empuje unas operaciones que, a nivel operativo, podrían reportar innumerables beneficios. "Que el core bancario llegue a la nube facilitará estas operaciones", decían hace unas semanas en una de las grandes consultoras que trabajan con a diario con la banca.

¿En qué punto se encuentra la regulación? El reto que queda que resolver con los reguladores tiene que ver con dónde se almacenan esos datos críticos que se concentran en el core bancario. Para ello, las tecnológicas han creado soluciones basadas en la residencia de datos. Por ejemplo, Microsoft firmó el año pasado este servicio para sus datos cloud en la UE en diferentes regiones entre las que se encuentra España. Así, si se lleva a cabo una operación transcontinental, las entidades tienen que asegurar que los datos críticos permanecen en la región en cuestión.

La normativa bancaria exige que, en caso de una fusión, exista una validación de que los servicios que prestaba la entidad antes de este movimiento mantendrán su calidad una vez que se lleve a cabo. Este proceso se hace antes de ejecutar la migración de los datos y se ha modificado tras las experiencias fallidas de ciertas uniones.

En el sector recuerdan el caso de TSB, ahora filial británica de Banco Sabadell, cuya integración conllevó problemas durante años y terminó con el pago de una multa al reglador británico. En 2018 Sabadell acordó la compra de TSB a Lloyds y unos meses después comenzó el proceso de integración tecnológica, punto crítico de una fusión. En medio de este proceso, muchos clientes de la entidad británica vieron cómo perdían el acceso a sus cuentas, que quedaron bloqueadas e incluso en algunos casos fueron objeto de intentonas de fraude. Caída e interrupción del servicio. Un informe de Slaughter & May concluiría después que el consejo de la entidad pecó de un exceso de confianza en la preparación del plan de migración tecnológica. La consecuencia, más allá del daño reputacional que este hecho causó, fueron cientos de millones de pérdidas y la posterior multa pactada con el regulador, que llevó a enterrar completamente el caso más de seis años después.

"Las fusiones bancarias se producen continuamente. Disponer de la tecnología adecuada para trasladar los bancos de un núcleo a otro (incluida la migración de todos los datos y clientes) es uno de los factores clave del éxito", reconoce a este medio Alberto Hijosa, socio de Bain & Company.

"Si un banco está en la nube, es mucho más fácil moverlo e integrarlo en otra infraestructura tecnológica. Se mantienen los canales y solo tienes que mover la información", señala Miguel Díez Asenjo, Commercial and Strategy Lead Financial Services de Microsoft, que recuerda que lo más complicado es mover las arquitecturas monolíticas que tradicionalmente tenían en las entidades.
En las últimas fusiones de nuestro país, la de CaixaBank con Bankia, la de Unicaja con Liberbank, y las miniuniones que ha llevado a cabo Abanca y que seguirá ahora con la unión de TargoBank, estos movimientos ya han sido mucho más fáciles de lo que eran anteriormente. Y es que este proceso, que habitualmente tarda en conjunto meses y requiere de millones de euros, es uno de los más críticos y que puede dar al traste con una operación clave para el sistema financiero. "La nube es una palanca", dice Díaz Asenjo.

Los pasos de la banca

"Lo último que se está considerando es mover a la nube la parte más core del negocio bancario", apunta Díez Asenjo, que explica que el mayor hándicap que se encuentran en las entidades españolas es la conjunción de una parte de tecnología de desarrollo propio y otra de terceros. Así, la mayor parte de las entidades siguen operando con los mainframes (unidad central para operaciones críticas) y empiezan a mover a la nube algunas partesque no forman parte del core. Es el caso de aquellos más relacionados con el canal y que permiten que entidades de la talla de Santander o BBVA no tengan que recurrir constantemente al core bancario en sus operaciones, mejorando la eficiencia. "Los bancos con un alto enfoque en la tecnología siempre se encuentran entre los de mayor rendimiento en las dimensiones valor, coste y lealtad del cliente; dicho enfoque nos materializa en un montón de mejoras haciendo uso de soluciones tecnológicas modernas como microservicios, cloud y proveedores de próxima generación", señala Alberto Hijosa, socio de Bain & Company. "Hay una carrera entre los bancos en la modernización operativa con una variación de transiciones greenfield y estrategias de "sustitución", lo que lleva a costes de infraestructura sustancialmente más bajos", apunta.

Santander fue uno de los primeros grandes bancos en el mundo en digitalizar su core bancario (todavía no totalmente), tras haber migrado ya el 80% de la infraestructura tecnológica a la nube con un software interno denominado Gravity. BBVA, por su parte, también utiliza servicios en la nube para desarrollar parte de su negocio. Lo mismo ocurre con CaixaBank, que desde hace años tiene un acuerdo con IBM, "nos ha permitido avanzar hacia el futuro de la banca", decía su CEO Gonzalo Gortázar al anunciar el último acuerdo.

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