
El sandbox o laboratorio de pruebas desregulado para la innovación financiera no acaba de despertar la efervescencia emprendedora que ambicionaba. Desde su lanzamiento en 2021 apenas se han presentado 98 proyectos, 30 obtuvieron la evaluación previa favorable y sólo 22 han rodado o están testando sus innovaciones. Son datos públicos hasta junio pasado, a falta de conocer más detalle de la convocatoria que se abrió antes del verano -se encuentra en plena fase, además, la segunda convocatoria del año-.
Para reactivarlo y evitar que el campo de pruebas languidezca, la industria fintech ha aprovechado las consultas abiertas por el Tesoro para mejorar su operativa y apuestan por adoptar tres medidas: eliminar las cohortes, darle un aporte presupuestario para que haya un equipo ocupándose del sandbox e incentivar que la inversión llegue a los proyectos desde su arranque.
"Hay que darle un impulso o se cae", advierten fuentes conocedoras. Su creación, impulsada por el Gobierno en colaboración con el propio ecosistema, despertó un fuerte interés porque España se convertía en uno de los pocos países en abrir un mecanismo para rodar innovaciones en pruebas reales con usuarios sin los corsés regulatorios, pero con la estrecha vigilancia de los supervisores.
Nació a finales de 2021 tras varios meses de atascos -su creación se había regulado en 2020-, con el incentivo de admitir iniciativas de todo tipo, de cualquier país e idioma, lo que albergó la ilusión de atraer proyectos de ambos lados del Atlántico.
Pero en su arranque tropezó con exigencias de organismos como la Agencia de Protección de Datos o el Sepblac no adaptadas al sandbox que frenaron los procesos. Ya se corrigieron, aunque los procedimientos siguen siendo lentos y entidades del sector explican que la agilidad es un imperativo si se quiere atraer al emprendedor y el empleo e industria asimilada.
Desde que el proyecto llega a la ventanilla hasta que se pone en marcha y se rueda el contador se alarga. "Estamos hablando de 18 ó 22 meses para un proyecto normal. Nadie quiere eso", indican algunas de las fuentes consultadas.
Para corregir este escollo aconsejan pasar del sistema de dos convocatorias o cohortes a tener la ventanilla para presentar proyectos siempre abierta como hizo Reino Unido en 2021.
El británico fue pionero en Europa al inaugurarse en 2016 y ya supera los 300 proyectos testados o en pruebas. Hasta 2021 habían abierto sandbox similares doce países europeos. En 9 de ellos operaba la ventanilla única para entonces.
Abrir de forma permanente lleva a la siguiente necesidad: precisaría de un equipo dedicado o que definido con claridad entre sus atribuciones el proyecto. En la actualidad, las gestiones recaen en el Tesoro y los organismos supervisores (Banco de España, la CNMV y la dirección general de Seguros y Planes de Pensiones), y algunos responsables del sandbox han cambiado por los propios movimientos internos en los organismos o sus necesidades.
Una demanda clave para el sector es animar a los inversores a participar en los proyectos en su arranque con el argumento de que las iniciativas que logran una evaluación previa positiva para ser testadas ya ofrecen signos de viabilidad. La llegada de fondos podría, en su opinión, movilizarse con la creación de una lanzadera o, incluso, algún tipo de participación pública, vía inversión, avales o subvenciones.
22 proyectos
Durante el bienio 2021-2022 un total de 22 proyectos habían firmado el protocolo para testar su efectividad en el sandbox, con independencia de que realicen las pruebas o no. Proceden de los 98 proyectos presentados -entraron 66 en la primera cohorte, 13 en la segunda y luego la cifra cae a 5-7 en las siguientes-.
En el sector confían en que se adopten medidas para recuperar el interés inicial y que las innovaciones no busquen su desarrollo en jurisdicciones o países más adaptados a impulsar el emprendimiento.