Banca y finanzas

BBVA monta una estructura global para el negocio sostenible con empresas

  • Ultima equipos en Argentina, Colombia, Perú y Uruguay y explora otros países
  • El banco se propone crecer más del 25% este año y superar los 12.000 millones de nuevo negocio
Jaime Marín Otero, responsable de sostenibilidad en Empresas de BBVA. Foto: David García

BBVA se encuentra en plena fase de refuerzo de equipos a escala internacional para atender las crecientes demandas de las empresas en materia de sostenibilidad. "Estamos construyendo en Bogotá (Colombia), en Lima (Perú), y estamos a las puertas de empezar a hacerlo también en Buenos Aires (Argentina) y en Montevideo (Uruguay)", desvela Jaime Marín Otero, Enterprises Sustainability Business Head de BBVA. Para este año, la unidad espera crecer más del 25% y rebasar el umbral de los 12.000 millones de euros en nuevo negocio sostenible con empresas. En abril la progresión superaba el 110%. 

Con intención de impulsar la estrategia en sostenibilidad y llevarla al máximo nivel ejecutivo, el banco creó en 2021 un área global, liderada por Javier Rodríguez Soler, para coordinar y empujar la estrategia a escala grupo y se ha fijado el reto de movilizar 300.000 millones en este negocio entre 2018 y 2025. "Hoy la sostenibilidad en BBVA ya no es un departamento o un área. Hace ya muchos años se ha convertido en una responsabilidad que se construye y se empuja transversalmente en muchos equipos, ha permeado. Ahora mismo hay responsables de sostenibilidad en los equipos de riesgos, los hay en data, en talento, en cultura, en procesos, en negocio, etc", explica.

Esta apuesta resulta nuclear en empresas, división que da servicios a cualquier compañía a partir de 5 millones de facturación, salvo las grandes multinacionales que son atendidas desde el área mayorista o Corporate Investment Banking (CIB). Dentro de la unidad de empresas, el área de sostenibilidad que lidera Marín Otero ya trabaja con "unos 62.000 grupos a nivel global", de los que dependen muchas filiales o participadas. "Serían unos 262.000 clientes y de esos 62.000 grupos, unos 20.000 están en España, 18.500 en México y aproximadamente 15.000 en Turquía", desvela.

Para apoyar e impulsar el crecimiento, BBVA se ha apalancado en cuatro vectores: extender su operativa geográficamente para atender a las empresas en distintos mercados, mejorar la cartera de productos diseñando versiones sostenibles, buscar una aproximación sectorial al cliente e incorporando a la propuesta el factor de inclusión social. 

"En el 2020, la sostenibilidad era un negocio fundamentalmente de Europa y en España, pero no teníamos desplegadas nuestras capacidades en el resto de países y lo que estamos haciendo desde entonces es llevar la sostenibilidad al resto de geografías", agrega. Para construir la estructura buscaron, en un inicio, identificar los interlocutores en los diferentes países para darles la correspondiente formación y capacitación, y en otros han desplegado equipos ad hoc. A fecha actual asegura que han cubierto "todas las geografías donde la banca de empresas está presente", pero les llegan oportunidades para mercados donde no tienen red de empresas, lo que les obliga a valorar cómo responden.

"Tanto en Latinoamérica, en algún país, como en Europa, vemos potencial de crecimiento para BBVA y se están valorando diferentes posibilidades y las ideas pueden ser desde dar cobertura desde las geografías en las que ya estamos o creando equipos locales que, al final, pensamos que es la fórmula de éxito para dar cobertura. Italia, Alemania y Reino Unido son tres geografías evidentes y en Latinoamérica nos han llegado peticiones desde Brasil, donde no tenemos presencia; o Ecuador, Costa Rica e, incluso, evidentemente, desde Estados Unidos", detalla.

Extender geográficamente esta estructura es una de las cuatro grandes líneas estratégicas para el crecimiento en un tipo de actividad donde BBVA ha conseguido colocarte entre los grandes proveedores mundiales.

"La segunda línea de crecimiento es lo que llamamos la propuesta de valor", agrega, en alusión a que la sostenibilidad se ha extendido desde la financiación mayorista inicial, como emisiones de bonos, préstamos sindicados o project finance a tener "prácticamente todo los productos en porfolio con una versión sostenible". La cartera va desde préstamos verdes, que ligan su precio a unas métricas sostenibles, a cualquier producto como leasing, factoring, renting, avales o confirming.

"Esto nos ha permitido crecer en oportunidades, en clientes y en más volumen de negocio", expone. Además comparte que abordan la actividad con una "aproximación sectorial" e incorporado "cuestiones de carácter social" en la oferta.

Crece un 155% en las operaciones

En el primer trimestre del año el banco ha realizado 3.721 operaciones en materia sostenible con empresas, lo que supone un aumento del 155% frente a las 1.457 ejecutadas en el periodo equivalente de 2022 -en todo ese ejercicio realizó 9.600- y se sitúa a mucha distancia de las 357 efectuada en igual trimestre de 2021.

"Hoy el crecimiento es explosivo porque estamos democratizando la sostenibilidad, ya no es solo una cuestión de grandes corporaciones", expone. En volumen de negocio detalla que el crecimiento interanual hasta abril es del 112% y en todos los países crece "a doble dígito" a "pesar de las dificultades" como el terremoto en Turquía que paralizó el país durante un tiempo, la hiperinflación en Argentina o las inundaciones en Perú.

De diversidad a trabajar con ONG

Entre las palancas de crecimiento en sostenibilidad BBVA introduce el factor social. "Nuestra aproximación con todas las empresas con las que trabajemos es que podamos tener un diálogo en materia de qué es lo que hacen, cómo lo hacen y qué proyectos están desarrollando de índole social", indica y asegura que es algo de valor creciente entre las compañías, sobre todo, a raíz de la pandemia del Covid.

"El factor social ha traído a colocación que la calidad del empleo, el retener talento, que el cuidar el entorno que nos rodea es relevante y no solo para la imagen de la empresa sino que si una empresa no hace bien las cosas y cuida a sus empleados, a sus stakeholders y al entorno, está llamada a estar penalizada por los usuarios, consumidores o stakeholders".

Bajo este prisma caben propuestas como las infraestructuras inclusivas como financiación al sector sanitario, educativo o vivienda social, "todo lo que tiene que ver con trabajar con ONG, fundaciones y empresas con destinos sociales" o, incluso, incorporar métricas en financiaciones de tinte más social como accidentes laborales, la inclusión de la mujer en puestos directivos, establecer pirámides laborales y salariales. "Se busca que las mejores prácticas de los sectores o de algunas geografías estén en conocimiento de las empresas, que sean conscientes y las hagan propias", agrega.

Entre las palancas de crecimiento, el banco apuesta además por una aproximación sectorial, de ayudar a las compañías a entender qué significa y supone la sostenibilidad en las empresas de su industria para identificar oportunidades.

"No es lo mismo hablar de construcción en España que en Colombia o Perú. No es lo mismo hablar de agricultura sostenible y de producción ecológica en España que en Latinoamérica. Este eje, esta aproximación, nos permite tener un nivel de profundidad, de aportación de valor, que los clientes reconocen, genera más vinculación y nos da más oportunidades y más negocio", expone.

"La aproximación sectorial nos ayuda a levantar a esa gran masa de clientes de un letargo y ayudarles a entender a lo que se pueden enfrentar, donde están esas oportunidades y cómo podemos ayudarles en la transición", explica.

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