Banca y finanzas

Margarita Delgado, inspectora en la 'pole position' para la supervisión del BCE

  • Compite con la alemana Claudia Buch, del Bundesbank, por releva a Enria al frente del MUS

La subgobernadora del Banco de España, Margarita Delgado (Madrid, 1963), se ha situado desde la óptica puramente técnica en la pole position para relevar al italiano Andrea Enria en la presidencia del Consejo de supervisión del Banco Central Europeo (MUS, por sus siglas en inglés) cuando concluya mandato en diciembre. Pugna por el cargo, cuya duración es de cinco años, en liza con la alemana Claudia Buch (Paderborn, 1966), vicepresidenta del Bundesbank, después de que haya renunciado a la carrera su homóloga en el Banco de Irlanda, Sharon Donnery, que ya disputó el puesto en 2018 al mismo Enria junto al francés Robert Ophèle.

La responsabilidad encaja a la perfección con el perfil de Delgado, que además de la formación y trayectoria profesional cuenta en su favor con el profundo conocimiento de los entresijos del MUS dado que participó en su montaje en el año 2014.

"Muy trabajadora, es muy exigente, pero es fácil trabajar con ella porque tiene un sentido del humor bastante ácido. Escucha y se deja aconsejar", son algunas de las características que destacan quienes la conocen.

Deportista inagotable –sale a correr todos los días–, es licenciada en Económicas y Empresariales y ha estado metida a fondo en el mundo de la supervisión desde que en 1988 ingresó en el Banco de España tras sacarse la plaza en concurso público, solo dos años después de licenciarse. En 1991 aprobó oposición a inspectora de entidades de crédito y posteriormente fue escalando posiciones hasta que en 2013 fue nombrada directora de Inspección I, responsable de las antiguas cajas de ahorros y entidades medianas.

En 2012, el año previo, había jugado, junto al también director general de supervisión Ramón Quintana, el papel de hacer factible el ejercicio de estrés al que se sometió a la banca para testar su resiliencia cuando España y el sistema financiero se encontraba en el foco de Europa, a la que se habían solicitado fondos para rescatar entidades. "Trabajó con el Comité Técnico de la EBA, del FMI y de la Comisión Europea, lo que te da un perfil de gestión de crisis en un momento difícil y un perfil más europeo y cosmopolita", apuntan personas que compartieron con ella aquellos procesos.

Su participación en la reestructuración bancaria, la más profunda realizada en Europa en años y que hoy permite contar con uno de los sistemas más robustos del euro, favorece una visibilidad adicional extrafronteras, explican fuentes financieras. Y en 2014 se traslada a Fráncfort para el MUS (Mecanismo Único de Supervisión) que el BCE construye a marchas forzadas para asumir la vigilancia directa de las grandes entidades (más de 30.000 millones de euros en activos) como respuesta a la crisis financiera que obligó a los Estados a rescatar entidades.

Es la destreza y trayectoria que, a ojos de expertos financieros, deberían escorar en su favor la designación del BCE

Entró como directora general a través de un proceso competitivo y ayudó a su puesta en marcha hasta que en 2018 el gobernador del Banco de España, Hernández de Cos, en sintonía con la vicepresidenta económica del Gobierno, Nadia Calviño, convienen su designación como subgobernadora para relevar a Javier Alonso.

Su nombre ha sido recurrente en quinielas para cargos de alta responsabilidad en organismos financieros (sonó, por ejemplo, para sustituir a Fernando Restoy como "número dos" del Banco de España en 2016 e, incluso, como gobernadora y también a la vicepresidencia del BCE a la que España presentó –y logró– Luis de Guindos). Sin afiliaciones políticas y con profundo conocimiento de la supervisión resultó el tándem perfecto con Hernández de Cos, de perfil profundamente técnico, pero con mayor experiencia macroeconómica.

Es la destreza y trayectoria que, a ojos de expertos financieros, deberían escorar en su favor la designación del BCE frente a la alemana Buch, economista y sin esa experiencia clave para el supervisor bancario, salvo que juegue mejor partida la baza política y se imponga Berlín. Las prioridades del MUS son los riesgos de la banca y hoy gran parte del foco es vigilar la adecuada gestión de la subida de tipos en el negocio y balance y riesgos emergentes donde, precisamente, Delgado es particularmente incisiva como aquellos los derivados de la tecnología y del cambio climático.

WhatsAppFacebookTwitterLinkedinBeloudBluesky