
Tras los pagos instantáneos que se lanzaron en Europa en el año 2017 llegan ahora los cobros exprés. De manera muy gráfica: se trata de una especie de transferencia al revés, donde el agente que origina el proceso es la compañía que emite el cobro a clientes o proveedores y no el usuario el que da el paso para pagar.
El estreno de esta innovación tecnológica arrancará además en España después de que el European Payments Council (EPC) haya certificado la homologación de Iberpay como primer sistema de compensación y liquidación habilitado para procesar estas operaciones, a CaixaBank como primer banco de la región que los pondrá en marcha, y echará a andar además en el país como la primera prueba real por parte de la entidad. En Europa solo hay dos firmas más homologadas y ambas son fintech.
Se trata del llamado request-to-pay-SEPA, un sistema que lleva varios años en análisis y desarrollo por parte de los diferentes operadores del ecosistema de pagos europeo, y CaixaBank se prepara para lanzar el primer servicio comercial.
La aplicación práctica que arrancará el banco está dirigida a empresas y les permitirá girar a sus clientes reclamaciones de recibos impagados a través de un servicio de mensajería.
La prestación busca ayudar a agilizar la gestión de los, a menudo, complejos y costosos procesos de recobro, sin fricciones para el cliente, que siempre tendrá que validar el abono.
Si el usuario impaga por decisión propia no se ejecutará el abono, pero sí en aquellos otros muchos casos donde el fallo ocurre sin quererlo el cliente por una devolución de recibos cuando se dan contingencias tales como la falta de saldo puntual en la cuenta bancaria o por un simple olvido por tratarse de facturas no domiciliadas. Podría ser una solución práctica para, por ejemplo, proveedores de servicios de agua, telefonía o energía.
Usos y aplicaciones a la carta
Los usos y aplicaciones prácticas de esta nueva forma de abono están abiertos y resultan múltiples, en función de las estrategias que llegue a desplegar cada entidad financiera.
Su propia formulación puede ser tan simple como recibir el aviso en móvil y validar el pago o, incluso, incorporar fraccionamientos en los abonos como prestación en la notificación. Tampoco está pautado o estimado el coste de esta funcionalidad, que definirán individualmente las entidades que se adhieran.
Con la homologación de Iberpay, se abre, sin embargo, una autopista nueva para pagos europeos a la que las entidades se podrán adherir.
Los bancos españoles llevan tiempo impulsando la adopción de este nuevo estándar europeo, que al pertenecer al esquema SEPA permitirá a cualquier empresa o particular iniciar cobros instantáneos a sus clientes o contrapartes de forma online en cualquier país europeo.
Las entidades trabajan con Iberpay en su certificación e incorporación al servicio durante los próximos meses, con la intención de crear el necesario efecto red, extender su uso masivo a nivel sectorial y facilitar el desarrollo de todos los casos de uso y soluciones de pago.