
Estás en la cola del supermercado esperando tu turno para ser atendido. Un empleado te invita a pasar por otra caja, diferente a la convencional. Tras escanear los códigos de barras de todos los productos que deseas adquirir, llega el momento del pago. Contactas con Alexa o Siri a través del reconocimiento de voz; ella se encarga de hacer frente a la cuantía total. O una máquina te examina los ojos buscando una identificación visual; pago realizado. Ha sido un trámite rápido, sencillo y cómodo. Cercano a la ciencia ficción, la realidad es que este tipo de métodos de pago empiezan a formar parte del presente.
Es innegable que el panorama de los pagos ha experimentado toda una catarsis con la adopción de tecnologías que potencian experiencias futuristas. De la misma forma que las innovaciones hace unos años dieron lugar al desarrollo de Internet y hoy en día es un indispensable en nuestras vidas, la tecnología actual ayudará al avance de los pagos P2P, las criptomonedas y los pagos digitales.
Esta revolución tecnológica, unida a los cambios en el comportamiento y expectativas de los consumidores, está alterando el mundo de los pagos, que está apreciando un crecimiento asombroso tanto para los operadores de pago tradicionales como para los recién llegados. Pero, ¿está el sector de los pagos listo para cosechar en 2023 los beneficios que la digitalización, la innovación y la influencia de las Fintech, pueden generar?
Por la gran presencia de los diferentes métodos de pago digital en nuestro día a día, podría decirse que sí. Pagos con pulsera o relojes; pagos con código QR; pagos contactless. Ya sea por la seguridad, la rapidez o la comodidad, el mundo digital se está convirtiendo, a una velocidad sorprendente, en la opción preferida para pagar; relegando, en muchos casos, al dinero en metálico.
Al igual que lo que acontece en la división B2C, las entidades financieras también se esfuerzan por resolver las necesidades de financiación de las PYMEs. En medio de un escenario post-pandémico, las soluciones BNPL (Buy Now Pay Later) están cobrando fuerza y experimentando un enorme crecimiento, gracias a las atractivas condiciones que ofrecen: garantizan pagos instantáneos y liberan capital circulante, aliviando cualquier crisis de liquidez.
Como resultado del auge del comercio electrónico, el rápido avance de tecnologías emergentes -como el 5G, la IA o el IoT- y el aumento de la penetración en el mercado de las Fintech, están proliferando nuevos servicios financieros embebidos, integrados dentro de otras plataformas. Gracias a ellos, las empresas analizan los datos de los clientes para ofrecer servicios financieros personalizados que se ajusten a las necesidades de los usuarios finales, cada vez más exigentes en este mundo tan conectado.
Estas tecnologías no hacen sino mejorar la innovación, la agilidad, la escalabilidad y la libertad de elegir productos de múltiples proveedores; y contribuyen a la proliferación de los pagos transfronterizos en tiempo real (RTP), en los que se están apoyando los bancos centrales y varios proveedores de infraestructuras de pago, para reducir costes asociados a las comisiones por transacción.
Otra herramienta para predecir con exactitud el comportamiento de los clientes es el estándar ISO 20022, que ha surgido como posible respuesta a muchos de los desafíos actuales en materia de pagos. Así, a través del intercambio de mensajes electrónicos, muchas entidades financieras podrán reestructurar sus operaciones y monetizar los datos.
Los pagos deben ser prácticos para los clientes. Al fin y al cabo, estos son los que eligen cómo y de qué manera pagar. De ahí la importancia de conocer sus hábitos de pago. Por ejemplo, la nueva generación de clientes concienciados con el medio ambiente elige entidades con protocolos sostenibles centrados en modelos de pago digitales ecológicos. De esta forma, los pagos sostenibles se erigen como un pilar fundamental a la hora de crear ofertas innovadoras que atraigan y retengan a estos clientes más comprometidos.
Tampoco podemos olvidarnos de los recursos que la mayoría de los bancos centrales están dedicando para preparar y poner a prueba la implantación de las CBDC (Central Bank Digital Currency). Si bien algunos países ya están explorando la emisión de monedas digitales con la finalidad de potenciar la necesaria transformación digital que deben acometer los sistemas bancarios y de pago tradicionales, muchos de ellos se encuentran aún en una fase experimental. Sin embargo, de cara al 2023, los bancos centrales se preparan para probar e implantar las CBDC, destinadas a funcionar como método de pago alternativo y que ofrecen, en un marco de privacidad y transacciones seguras, un procesamiento en tiempo real, transparente y con amplio alcance social.
En definitiva, tanto las expectativas de los clientes, siempre cambiantes, como la confluencia de acontecimientos geopolíticos y reajustes económicos, están revolucionando el sector de los pagos, con necesidad de reinventarse continuamente. El futuro se presenta lleno de retos para que, tanto los proveedores de servicios de pago y las instituciones financieras, como los comercios, las empresas y las "Paytech", cambien de forma innovadora, con la finalidad de ofrecer valor e implementar nuevos métodos de fidelización de clientes, soluciones eficientes, iniciativas para reclamar cuota de mercado y reconfiguraciones del panorama competitivo.