
Bankinter se alía con un experto líder para el servicio de recuperación de deuda. El banco ha vendido a Gescobro, perteneciente al fondo estadounidense Cerberus, Relanza Gestión, subsidiaria creada en 2008 para ocuparse de la gestión y cobro de impagados, delegando la prestación del servicio en el grupo especialista.
La transacción alinea al banco con la tendencia de apoyarse en grandes expertos que domina en el sector financiero desde hace más de una década y situará a Relanza Gestión bajo el paragüas de Gescobro, conservando su plantilla las mismas condiciones laborales que disfrutan en la actualidad.
La entidad ha mantenido siempre de forma interna las tareas tanto de recuperación de deuda como de enajenación de activos adjudicados o inmuebles, gracias a la alta calidad de su balance.
Morosidad a raya
Incluso en 2013, cuando la morosidad de la banca marcaba un récord en el 13,6% después de que se crease la Sareb y numerosas antiguas cajas le transfirieran su ladrillo, Bankinter cifraba su tasa en apenas un 4,99% (hoy la tasa sectorial está en el 3,55%, con datos del Banco de España a febrero). Por entonces, Bankia, Popular, Sabadell, Unicaja, BBVA en España o Santander España registraban una mora de doble dígito, que también rozaba CaixaBank, como la mayoría de entidades.
Y en términos de activos adjudicados, Bankinter apenas contaba con una cartera bruta de inmuebles valorados en 627,8 millones de euros, cubiertos al 41,2% por provisiones, una cifra irrisoria frente a los miles de millones que arrastraban otras entidades.
El alto perfil de la clientela ha corrido a favor de su desagüe, al tratarse, en su mayoría, de inmuebles bien situados y de fácil venta y con el recurso a la venta de carteras.
La mayor operación de estas características conocida es el traspaso a Axactor en 2017 de una cartera de 434 millones en créditos improductivos con préstamos garantizados, sin garantía y adjudicados. Un año después cerró la venta a Arrow Global Limited de un porfolio de dudosos, también mixto en activos, con un valor nominal de 362,2 millones, y hace dos años traspasó a Zolva otra cartera de 115 millones en créditos revolving. En 2011, en otra operación, transfirió a OK Investment fallidos por un valor nominal de 122,83 millones.
En la actualidad y con datos del pasado mes de marzo, la cartera de adjudicados tiene un valor de 111,82 millones, cubierta al 56% por provisiones y la morosidad está limitada al 2,18%. Para la gestión de desinversión de inmuebles cuenta como gestora con su filial Intermobiliaria, creada en 1976 y que se ocupa también internamente de la administración de activos procedentes de riesgos problemáticos (adjudicaciones, daciones en pago, etc).
Ahora la entidad se apalancará en un gran especialista para parte de la tarea, a través de la alianza con Gescobro, cuando numerosas entidades están ampliando los acuerdos de externalización o buscan expertos para gestiones singulares. Un ejemplo es la financiación avalada por el Instituto de Crédito Oficial (ICO) donde Santander y Sabadell han comenzado a apoyarse en los servicers Altamira e Intrum para que den soporte y efectúen gestiones cuando surjan incidencias, aunque el préstamo lo mantengan en balance para preservar la garantía de entre el 70 y 80% del Estado que respalda la financiación.
La inmensa mayoría de entidades suscribió alianzas mucho más complejas y grandes en envergadura a raíz del problema que causó en los balances el crash inmobiliario en la crisis financiera porque en la mayoría de los casos transfirieron a grandes especialistas de deuda el negocio inmobiliario y sus gestoras.
CaixaBank vendió el 51% de Servihábitat, su división inmobiliaria, al grupo inversor TPG (después lo recompró); el extinto Banco Popular cerró el traspaso de la firma Aliseda a las estadounidenses Värde Partners y Kennedy Wilson; Santander enajenó el 85% de Altamira en favor de Apollo, aunque después tomó el relevo al fondo en el accionariado el italiano DoBank, dueño de DoValue.
Cajamar hizo una operación similar con Haya Real Estate (Cerberus), con la venta de su plataforma inmobiliaria, que también adquirió el negocio inmobiliario de Liberbank y Bankia, quedándose como el socio que gestionaba los activos adjudicados y recuperación de deuda. Cerberus adquirió además la inmobiliaria Anida (Divarian ahora) a BBVA, mientras que el Sabadell acordó la transferencia a la sueca Intrum.
Ventas a servicers
La filial que Bankinter ha transferido a Gescobro (Cerberus) tiene entre sus actividades la gestión y cobro de impagados en contacto con clientes y la gestión judicial de los expedientes cuando el recobro negociado no es factible (servicio de pre contencioso, procedimiento monitorio y reclamación judicial, en su caso).
Con las actuales incertidumbres macrofinancieras, la banca ha aumentado el recurso a especialistas para ampliar el abanico de medidas y herramientas con las que dar solución a los impagos tempranos para evitar fallidos irrecuperables.
Aunque la morosidad continúa por debajo del 4% y no se han resentido las cuentas del primer trimestre (en la gran banca, bajó, incluso al 3,05% de media en marzo), las entidades dan por seguro el repunte de los impagos por la presión de la implacable inflación y la subida de tipos de interés. Las dudas están focalizadas en pymes y autónomos que obtuvieron liquidez avalada por el ICO y donde sus negocios siguen sin recuperar las cotas prepandemia, y otros sectores dañados por los problemas energéticos.
La banca acumula 87.000 millones en financiación contabilizada como en vigilancia especial (operaciones al corriente de pago pero en riesgo, según el Banco de España). Se ha reducido un 12% interanual, pero excede en un 24,5% la existente antes del Covid. Es en esta bolsa donde los expertos creen que se precisa una mayor monitorización para ofrecer soluciones de repago adaptadas cuando aparezcan los primeros problemas y evitar su conversión final en fallido.
Gescobro tiene 16.000 millones bajo gestión
Gescobro realiza gestión de todo tipo de deuda, con particular especialización en la de pymes. Sus casi 600 empleados prestan servicios integrales tanto a clientes, en régimen de externalización de servicios, como en las carteras propias que adquiere. Su última adquisición es la reciente compra al Santander del 60% de un paquete de préstamos fallidos por valor de 1.100 millones de euros (el otro 40% lo adquirió Axactor). La compañía tiene más de 16.500 millones de euros bajo gestión y en 2020 recuperó deuda por valor de 330 millones. Entre sus clientes figuran CaixaBank, Sabadell, ING, Cajamar, Abanca, BBVA, Unicaja y Santander, junto a Telefónica, Endesa o 'servicers' como Haya y Servihabitat, además de proveer servicios a Cerberus.