El 'impuestazo' trastoca la cuentas de Ibercaja. Su beneficio neto se situó en 54 millones de euros durante el primer trimestre del año después de destinar 29 millones a pagar el nuevo tributo a la banca. Si se neutraliza dicho efecto, el resultado crecería un 30,5% interanual hasta 83 millones.
A pesar del impacto, el banco aseguró este jueves que se han fortalecido sus ratios de rentabilidad gracias a su apuesta por productos de "mayor valor añadido", como los fondos de inversión, planes de pensiones y seguros de ahorro-vida, y la coyuntura de aumento de tipos de interés.
Sus ingresos recurrentes crecieron un 25,8% apoyados en dichas palancas y aportaron 291 millones de euros, promoviendo una expansión del 56,7% en el beneficio recurrente antes de provisiones, situado a su vez en 141 millones.
En términos de negocio, registró un trimestre histórico en gestión de activos y seguros de vida, segmento de actividad que construye un 49,3% del volumen administrado en recursos de clientes, la mayor cuota de la banca.
En estos productos (fondos de inversión, planes de pensiones y seguros) contabilizó un récord de 1.673 millones en nuevas aportaciones, cifra que supera a lo contabilizado en todo el ejercicio 2022 y eleva a 33.788 millones el volumen gestionado. Este empuje le permitió aumentar la cuota de mercado en 18 puntos básicos en apenas tres meses, y situarla en el 5,3%.
Solo en fondos de inversión captó 1.400 millones en el trimestre, un 15% de las entradas totales que ha registrado el sector en su globalidad y eso le permitió elevar su cuota de mercado desde el 5,85 al 6,1%. En seguros, elevó un 6,3% la nueva producción en seguros de vida riesgo y un 8,4% en no vida.
Su apuesta por este tipo de productos como fórmula para que los clientes rentabilicen sus ahorros frente al depósito tradicional y su buen desempeño le permitió mantener casi estable el total de recursos de clientes, en 68.571 millones (cae un 0,6% intertrimestral), a pesar del mayor gasto de las familias.
Según el banco, los clientes duplicaron las amortizaciones anticipadas de las hipotecas para mitigar el impacto de la subida de tipos y tuvieron un mayor consumo por el aumento de los precios con la inflación.
En el lado del crédito, la cartera financiada se redujo un 0,9%, hasta 28.982 millones, porque las nuevas formalizaciones cayeron también un 16,7% al retraerse las decisiones de inversión de las empresas y por la ralentización de la compra de vivienda con los actuales tipos.
Con esta evolución y escenario, el margen financiero se disparó un 48,9% (la rentabilidad del margen con clientes se ensanchó en 126 puntos básicos) y los ingresos recurrentes aumentaron un 25,8%, pese a caer un 2,6% las comisiones por la volátil evolución de los mercados.
La morosidad la bajó al 1,6% y situó el ratio de capital de máxima calidad CET1 fully loaded en el 12,8%, con un refuerzo de 39 puntos básicos.