Banca y finanzas

Presidente de Mutualidad de la Abogacía: "Estamos esperando que la valoración de los inmuebles se ajuste para invertir"

  • "Nuestro perfil de inversión prioritario son oficinas, a ser posible alquiladas y en zonas 'prime'"
  • "La subida de las cotizaciones es un impuesto que puede afectar a la productividad y al empleo"
  • "Reivindicamos que se evite la discriminación fiscal. Las mutualidades estamos penalizadas"

La Mutualidad de la Abogacía batió previsiones el pasado ejercicio en ingresos (superó los 700 millones), en negocio (rebasó los 9.900 en ahorro gestionado) y con la entrega a sus asegurados de una rentabilidad neta del 4,17% frente al 3,15% fijado como objetivo. "Ha sido un año complejo, donde la Mutualidad ha hecho una muy buena gestión de la situación y en inversión hemos conseguido unas plusvalías extraordinarias en la venta de inmuebles y reforzado nuestra cartera de renta fija aprovechando la liquidez que teníamos", detalla su presidente Enrique Sanz Fernández-Lomana, convencido de que este año volverá a superar el 3% de rentabilidad que vuelve a fijarse como objetivo por "prudencia". El directivo augura oportunidades de inversión en ladrillo, reclama mejoras tributarias que nivelen el campo de juego donde operan las mutualidades y lamenta los insuficientes incentivos fiscales existentes para impulsar los planes de empleo.

¿Es repetible la inversión en renta fija de 2022 y que contribuyó a mejorar la rentabilidad?

El año pasado realizamos una inversión bruta en renta fija por encima de los 2.600 millones de euros (1.500 millones en inversión neta). Llevábamos unos ejercicios que no podíamos invertir en deuda pública por la bajísima rentabilidad, incluso negativa, que tenía y habíamos acumulado liquidez esperando que se produjera una subida de tipos para invertir, aunque no pensábamos que la subida fuera tan inmediata ni tan acelerada. Evidentemente, la misma oportunidad en niveles de inversión no se puede dar este año porque hemos consumido parte de esa liquidez. Pero, sin ninguna duda, aprovecharemos todas las oportunidades que nos ofrezca el mercado para reforzar nuestra cartera en rentabilidad y en vencimientos a largo plazo.

¿Y qué visión tiene del inmobiliario?

En inmobiliario hemos venido manteniendo una inversión que nunca ha superado el 10% del total. El año pasado se produjeron una serie de ventas de inmuebles con una motivación puramente estratégica, no para obtener plusvalías, sino porque estaba previsto desprendernos de ellos en un periodo de tiempo razonable. En la medida en que suben las rentabilidades inmobiliarias y suben los tipos de interés, ha empezado a caer la valoración de los inmuebles. Creemos que, después de verano, se producirá un ajuste a la baja más profundo y estamos esperando ese momento para volver a invertir en inmuebles, aunque no hemos dejado de hacerlo. El pasado año compramos un muy buen inmueble en la calle Carretas, en una zona céntrica, por 92 millones, y después otro en Príncipe de Vergara (ambos en Madrid).

Han tenido inmuebles de distinta índole, pero han desinvertido en activos logísticos. ¿Cuál es el perfil de activos que les interesa?

Nuestro perfil de inversión prioritario es en oficinas, a ser posible ocupadas, alquiladas y en zonas prime de las ciudades de mayor actividad económica. Hemos tenido alguna inversión en hoteles que hemos desinvertido el año pasado e invertimos también en locales comerciales, que es otro de nuestros perfiles de inversión. La logística no es de las inversiones típicas de la Mutualidad, pero cuando surge una oportunidad sí que la hacemos. Luego invertimos también en infraestructuras, pero a través de fondos, no directamente.

¿Se han resentido las aportaciones de los mutualistas por el escenario actual de precios y tipos subiendo?

Frente a un crecimiento del sector en vida del entorno del 3%, nosotros crecimos el 14% el año pasado. En un momento en que parece que no se ha crecido de forma muy potente o, incluso, en algunos ámbitos se ha decrecido, la Mutualidad ha crecido de forma muy decidida. Nosotros lo atribuimos a que la mutualidad ofrece un nivel de confianza a nuestra gente que hace que se estén incrementando las aportaciones de dinero que, a lo mejor en otro momento, se podía ir a otras entidades o a otras actividades.

¿Cree que la reforma de pensiones está bien orientada y garantiza la suficiencia del sistema?

Hay diferentes cuestiones. La primera, la ley del año pasado sobre los fondos de promoción pública y, fundamentalmente, de potenciación del segundo pilar del Plan de Empleo. A mí me parece que esa propuesta del Gobierno fue muy acertada. El ámbito de los planes de empleo estaba muy, muy abandonado, y su impulso me parece muy acertado si bien no parece que esté teniendo un gran desarrollo. De momento los fondos de promoción pública hasta ahora no se han puesto en marcha y creo que se han quedado cortos en los incentivos fiscales a este tipo de ahorro. Y la consecuencia es que no se está viendo que haya movimiento en el ámbito de los trabajadores, sea por cuenta ajena o sea por cuenta propia. Lo que no me parece en absoluto acertado es que se haya reducido el ahorro individual a términos meramente simbólicos, con la reducción del máximo de aportaciones a los 1.500 euros.

Nosotros entendemos que las pensiones en un futuro deben de sustentarse de tres fuentes: la pensión pública, en nuestro caso alternativa del primer pilar de previsión social que debe de cubrir en torno a un 50 o 60% de la pensión como ya ocurre en otros muchos países de nuestro entorno; los planes de empleo deberían de aportar otro 30% de los ingresos durante la jubilación, y los planes individuales, que deberían de aportar en torno a un 20%. Con la solución que se ha dado, ahora lo haremos en la parte pública, pero en los planes de empleo creo que no se ofrecen incentivos suficientes y en los individuales se ha reducido drásticamente el ahorro individual.

¿Cómo ve las medidas para garantizar la suficiencia o financiación del sistema público?

En principio se ha resuelto incrementando las cotizaciones sociales. Esto va a suponer una carga, un impuesto más, en definitiva, que posiblemente afecte a la productividad y afecte al empleo. Habrá que ver cómo se comporta en el medio plazo. En cuanto a si va a dar solución a la insuficiencia y la deficiencia de la sostenibilidad del sistema de pensiones, pienso que hay que lanzar mensajes positivos: el sistema público va a pervivir, faltaría más. No va a faltar la pensión, cuestión distinta es en qué cuantía y cómo va a funcionar.

¿Qué papel deben o pueden jugar las mutualidades en el ahorro previsión?

Somos un vehículo idóneo para el ahorro previsional. En primer lugar, somos entidades sin ánimo de lucro. Nuestra prioridad son las personas y tenemos una gran austeridad en el gasto. La media del ratio de gasto del sector es del 0,30%, nosotros, en la Mutualidad, estamos este año en el 0,22; pero en otras empresas fuera del sector mutualidades están en torno del 1% o por encima del 2%. Somos muy eficientes por la austeridad y porque no tenemos que remunerar el capital, con lo cual digamos que por esa parte hay también una mejora y un incremento de la rentabilidad.

¿Y se sienten bien reconocidas?

Seguramente no está reconocido en la sociedad el papel de las mutualidades; yo diría el papel de la economía social, en general, porque las mutualidades formamos parte de la economía social y de los principios que la sustentan. La economía social aporta un 10% al PIB de España y es una gran desconocida. Posiblemente ahí ya tenemos también una parte de responsabilidad de que no somos capaces de comunicar lo que somos, quiénes somos y los beneficios que se obtienen a través de estos instrumentos de participación en la economía. Es un tema que está encima de la mesa porque tenemos que darle solución.

¿Tienen alguna demanda para el Gobierno que pudiera ayudarles a su desarrollo?

El Gobierno actual ha creado el Ministerio de Trabajo y Economía Social. Lo que quiero decir es que es verdad que se ha manifestado una mayor preocupación y hay una mayor interlocución con el Gobierno desde la economía social en este momento. En cuanto a demandas, estamos permanentemente reivindicando que se evite la discriminación desde el punto de vista fiscal porque entendemos que estamos penalizados. Nosotros tenemos que pagar el impuesto de sociedades en un 25%, un impuesto con el que no están grabados, por ejemplo, los fondos de pensiones. Y, de la misma forma, no tiene ningún sentido que cuando el cliente recibe el ahorro al término de la vida activa tribute a los tipos de las rentas del trabajo cuando el resto de instrumentos de ahorro tributan a tipos mucho más bajos como rentas del capital. Esto nos parece un absoluto castigo bastante injusto.

¿Qué apetito o vocación de consolidación tiene la Mutualidad (en 2020 integraron la Mutualidad de la Ingeniería)?

Nosotros estamos absolutamente abiertos o expectantes a cualquier oportunidad que se presente y pueda servir para potenciar a los colectivos que están dentro de las mutualidades y para hacerlas más eficientes. Lo que no estamos en el mercado es buscándolas.

Su plan estratégico 2023-2027 proyecta alcanzar los 13.000 millones bajo gestión, ¿cuáles serán las palancas de crecimiento?

Una de las principales palancas de crecimiento es ampliar la base de mutualistas y de ahorradores. Queremos reforzar e incrementar el ámbito de los mutualistas jóvenes, queremos llegar a 35.000 mutualistas jóvenes al término del plan estratégico. Otra palanca será tratar de traer a la mutualidad a todos los familiares de los mutualistas e, incluso, empleados de los despachos de abogados. Vamos a potenciar también la labor comercial, acercarnos a nuestros mutualistas y a nuestro universo de posibles clientes, y otra palanca es indudablemente la digitalización. Vamos a hacer una potente inversión para llegar a tener una compañía absolutamente digitalizada.

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