Banca y finanzas

La remuneración de los depósitos en la gran banca sólo llegará al 1%

  • Las entidades apuestan por redirigir al cliente hacia productos de inversión más rentables
  • Apuntan a que la gestión de precios del activo y el pasivo es "muy compleja" con los tipos actuales

Remunerar los depósitos sí o no. Este es uno de los grandes debates del mundo bancario que traspasa a las entidades, los medios económicos y llega a todo tipo de conversaciones. En un momento de subida de tipos como el actual, las hipotecas firmadas a tipo variable en los últimos años han empezado a reflejar el cambio de la política del Banco Central Europeo (BCE) –pese a que la mayor parte de la repreciación no se verá hasta dentro de unos meses– mientras que la remuneración del pasivo, en lo que a los depósitos se refiere, todavía no ha empezado a llegar a las grandes entidades de nuestro país. Si bien es cierto que la guerra del pasivo que se vivió años atrás no parece que vuelva a tener cabida en la situación actual dada la situación de liquidez del sector, la banca española tiene claro que esta remuneración llegará en un margen de tiempo relativamente contenido. Eso sí, lo hará con una beta (transferencia de la subida del euríbor a los clientes) de entre el 20% y el 25% en el corto-medio plazo. Esto es, según las cifras de euríbor actual –por encima del 3,5%– que los depósitos se verían retribuidos en cifras que se quedarían claramente por debajo del 1%, si bien hay que tener en cuenta los cambios que sufra el euríbor en los próximos meses.  Este dato de la beta es compartido por grandes entidades, como Banco Santander, BBVA Sabadell y Bankinter, y otras como Kutxabank.

El sector arguye que pese a que en los últimos meses y, sobre todo, a raíz de la presentación de los resultados anuales en los que varias entidades consiguieron beneficios récord, la polémica de la no retribución de los depósitos saltó de los círculos financieros a la calle, el catálogo de productos en el lado del pasivo que permiten remuneraciones atractivas para el cliente es "muy amplio" y va mucho más allá del depósito. Así, apuntan a la complejidad de manejar los precios de estos productos en una situación como la actual. El director financiero (CFO) de Abanca, Alberto de Francisco, señalaba en una mesa redonda de elEconomista.es con el apoyo de Accuracy esta misma semana que es necesario "manejar los tipos con un ojo en este año y otro en los próximos tres o cuatro, con factores de incertidumbre".

En el caso de Sabadell, por ejemplo, el consejero delegado de la entidad, César González-Bueno, señaló durante la presentación de resultados a analistas que tuvo lugar hace unas semanas, que la beta actual en España era en ese momento del 2%, cifra que incluía depósitos y cuentas corrientes. "Un punto de partida mínimo", decía entonces el primer ejecutivo del banco. A futuro, González-Bueno apuntaba que el objetivo de la entidad es un traspaso del 17% para el mercado español, que se incrementaría hasta el 20%-25% para el conjunto de geografías en las que opera –teniendo en cuenta las diferencias de la situación de tipos de interés en otros mercados–.

Bankinter también se mostraba en este mismo margen, "esperamos que una beta esté en promedio en 2023 alrededor del 20% al 25%", decía Jacobo Díaz, CFO de la entidad a preguntas de los analistas. Mismos datos aportaba BBVA a través de su CEO, Onur Genç, que apuntaba que la beta combinada para depósitos a plazo y a la vista se situará en ese mismo entorno.

Ana Botín, presidenta de Banco Santander, reconocía en la conferencia con analistas tras presentar resultados anuales que "en algún momento sí comenzaremos a pagar los depósitos". De hecho, la entidad ya ha dado el pistoletazo de salida a esta estrategia en mercados como el portugués, donde ayer mismo anunciaron esta decisión.

Unicaja iba un paso más allá y su CFO, Pablo González, apuntaba en las respuestas a los analistas que "nuestra beta debería ser más baja que la del resto de nuestros pares" si bien dejaba claro que "entendemos que se producirán algunos cambios en el precio de los depósitos". En este sentido, González iba más allá y apuntaba que el cambio de paradigma con respecto a su retribución "llevará algún tiempo y será gradual", señalando que para 2024 en la entidad malagueña tienen una previsión de que la beta se sitúe en el entorno del 35%.

Para poner en contexto estas cifras cabe recordar que durante la última década ha existido una situación de extratipos en el pasivo –es decir, la rentabilidad por encima de la situación de mercado–. Fuentes del sector financiero lo escenifican así: "Con tipos en el –0,5% dar el 0% era una situación de un extratipo brutal. Veníamos de una época en la que teníamos la prima de riesgo disparada y teniendo el euríbor en el entorno del 0,5% o el 1% en el año 2012-13 había depósitos al 1,5%-2% en una guerra de pasivo porque había una necesidad de liquidez".

Con esta situación, "no se si va a ser en seis meses, en nueve, en 12 o en 18, pero el precio de los depósitos, más allá del pasivo, va a volver a un entorno razonable", argumentan, mientras que en el activo la repreciación de la cartera variable está en un 25% al contar con un decalaje de dos meses. "La masa de lo que tiene que repreciar todavía no ha llegado".

Traspaso a otros productos

Pero más allá de los depósitos, las entidades bancarias en España tratan de redirigir a los clientes hacia otra tipología de productos que puedan dar una mayor rentabilidad. En las cuentas transaccionales "ya hay productos que cada vez tratamos de personalizar y mejorar aún más con inversiones en tecnología para hacerlo más ágil y rápido. Eso no se va a remunerar porque ya se remunera vía servicios", apuntan.

En este sentido, desde el sector bancario señalan que en el lado de la inversión hay una gama de productos en la que se ha ido avanzando, como productos de ahorro, fondos de inversión y fondos alternativos, entre otros, donde "estamos mejorando la oferta con una gama de productos y tratando de educar al cliente en el ahorro a largo plazo". La perspectiva del sector, recalcan, es de un mejor servicio al cliente porque parte de una posición mucho mejor a nivel de liquidez. "La gestión del ahorro se puede hacer ahora de una forma mucho más sostenible", reconocen.

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