BBVA alimenta las expectativas de los inversores. Su consejero delegado, Onur Genç, auguró hoy que "habrá un dividendo muy bueno" dados los "excelentes resultados, descartando de plano un ajuste en la política del pay out pese a las incertidumbres que rodean las economías.
Explicó que el banco cuenta con una hucha de 45 puntos básicos de capital excedentario, ya que su CET1 es del 12,4% y su objetivo es estar entre el 11,5 y 12%, muy por encima del 8,6% exigido regulatoriamente. Recordó además que la entidad ha elevado el pay out del 30-40% al 50%.
La red excedentaria de capital se utilizará para apoyar la expansión del negocio y buscar vías alternativas para crecer, o, alternativamente, para mejorar la retribución al inversor si resultase la mejor opción.
El grupo ganó 4.842 millones de euros entre enero y septiembre, con un incremento interanual del 46,2% pese a tener que reexpresar la contabilidad en Turquía por la hiperinflación. Este efecto contable detrajo 324 millones hasta junio, aunque a septiembre la filial aportaba ya 336 millones cuando la previsión era que no contribuyese.
Sin la hiperinflación, el beneficio de la franquicia otomana escalaría a 1.600 millones, expuso, reconociendo que la filial "no está rindiendo como esperamos" por la actual vulnerabilidad económica, si bien se mostró convencido de que a futuro, si el mercado "desarrolla todo su potencial, que es enorme", el grupo ganará "muchísimo más".
Durante la presentación de resultados atribuyó la mejora del beneficio al buen desempeño de la actividad en todas las geografías y de forma particular en los mercados emergentes. Genç reparó en que, a pesar de las incertidumbres, la trayectoria del banco mejora, incluso, las metas marcadas para 2024 hace apenas once meses.
Frente a la pretensión de bajar el ratio de eficiencia al 42%, la tasa está en septiembre en el 42,9%; la rentabilidad medida en RoTE alcanza el 15,7% frente al 14% fijado como meta, y lleva 4,2 millones de clientes nuevos captados cuando el objetivo es sumar 10 millones a finales de 2024.
"Los estamos excediendo porque vamos muy bien no porque no sean suficientemente ambiciosos", afirmó, sin querer evaluar si el grupo los revisará al alza al ser muy pronto y dado el escenario de freno económico que se avecina.
Desde la óptica comercial y a tenor de la liquidez existente en el mercado no ve una guerra por el pasivo con altas retribuciones en depósitos, de la que desmarcó además a BBVA.
En cuanto a los cambios introducidos por el BCE para limitar los bautizados como 'beneficios caídos del cielo', el banco mantiene su calendario. Su intención es no devolver de forma anticipada los fondos tomados en préstamo al BCE por la línea bautizada como TLTRO a pesar del cambio en sus condiciones (pagaba hasta un 1% por dar con ellos crédito a familias y empresas).
A falta de un examen más minucioso de la compleja instrucción aprobada por el BCE, el director financiero del grupo, Rafael Salinas, indicó que en BBVA entienden que resultan "neutrales económicamente", y les compensa mantener la liquidez.
Conforme al programa que detalló, la entidad reintegrará 7.000 millones en diciembre, una cuantía igual en marzo del próximo ejercicio, 21.000 millones en junio y los últimos 3.400 millones en marzo de 2024. Su posición difiere de entidades como CaixaBank, que sí analiza reintegra con anticipación los recursos.