Caixabank sale de Bip&Drive seis años después de su aterrizaje. La entidad ha tomado la decisión de abandonar el accionariado del líder español del telepeaje y está en proceso de vender el 25% que poseía al resto de accionistas de la compañía: Abertis, Cintra (Ferrovial) e Itínere. La operación ya está acordada entre las partes y solo faltan las diversas autorizaciones administrativas para quedar sellada.
El banco de origen catalán entró en la firma en 2016 para acelerar su crecimiento en el sector. Ahora, fuentes de la organización apuntan a elEconomista.es que, alcanzada la fase de consolidación, han optado por deshacerse de los títulos que poseía. "Esto no implica ningún cambio en la comercialización de los servicios", garantizan.
De este modo, la empresa de movilidad quedará controlada por Abertis, que ya tenía el 35%, y pasará a ostentar la mitad de las acciones. El resto estaría en manos de Cintra, la filial de gestión de autopistas de Ferrovial, e Itínere Infraestructuras, presidida por Juan María Nin, que tenían el 20% cada una y saltarán hasta el 25% del capital.
El Banco de España debe autorizar la operación de Caixabank
La salida de Caixabank, que engloba su participación dentro de la filial CaixaBank Payments & Consumer, está pendiente de ser autorizada por las autoridades reguladoras de la competencia y del Banco de España. Una vez materializado el adiós, los servicios de Bip&Drive se podrán adquirir todavía a través de la entidad y sus clientes mantendrán descuentos en los telepeajes gestionados por la firma de movilidad.
Mientras, la compañía dirigida por Josep Jové mantiene su hoja de ruta a pesar del movimiento en el accionariado. Ahora mismo ya supera el 30% en el sector del telepeaje y desde hace meses está enfocada en ampliar el abanico de servicios a los conductores: desde parkings a seguros o gestión de multas. Todavía con el negocio muy focalizado en España, la empresa tiene entre sus planes potenciar la expansión internacional rumbo a otros mercados europeos.
Bip&Drive crece a doble dígito
Bip&Drive cerró 2021 con un Ebitda de 5,8 millones de euros, el 26% más que en 2020, y unas ventas de 14,5 millones, el 9% más, tras intermediar operaciones por valor de 258 millones. Su cartera de clientes subió un 10%, hasta 1,25 millones. Lo logró pese al fin de los peajes en vías tan concurridas como la AP-1, la AP-2, la AP-4 y la AP-7.
Para este año, la compañía explicó que augura un crecimiento de "doble dígito". A más largo plazo, contempla como oportunidades la implementación de las zonas de bajas emisiones en las principales ciudades españolas y el pago por uso de las autovías que pretende implementar el Gobierno.
Más allá del pago por uso de las autovías, Bip&Drive tiene todavía un margen de crecimiento muy elevado debido a la escasa implementación del telepeaje en comparación con los países vecinos. El año pasado, Jové explicaba en conversación con elEconomista.es que el uso del VIA-T alcanzaba el 85% en el mercado luso superaba el 60% en el italiano y el francés. En cambio, rondaba el 50% de implantación en España tras haber registrado un crecimiento sostenido a lo largo de los últimos tiempos.