Lucas, de Andy y Lucas, reconoció en El Hormiguero lo que días antes había negado en TardeAR, el programa de Ana Rosa Quintana: que se había sometido a una operación de cirugía estética en la nariz. "Nos juró y perjuró que no se había hecho nada en la nariz. Bueno, pues ayer en El Hormiguero confesó que se había operado. Hombre... por favor", dijo Ana Rosa al comienzo del programa de este jueves.

La Oreja de Van Gogh emitió este lunes un comunicado para anunciar la marcha de Leire Martínez. La cantante vasca llevaba 17 años encabezando el grupo, pero ahora, según reza el escrito, emprenderá su propio camino. Por el momento, ella no se ha pronunciado al respecto, aunque pocas horas después de conocerse la noticia trascendió que ella no había firmado la misiva del grupo. En su última reaparición, durante un concierto en Zaragoza, ya se percibió que algo no iba bien, pues rompió a llorar poco antes de concluir la actuación, sin dar explicaciones. Mientras tanto, al otro lado está Amaia Montero, que en verano anunció su vuelta a la música. Sus fans piden su regreso a la banda, aunque no hay nada confirmado, como otros muchos misterios que giran en torno a la formación. De hecho, entre tanto revuelo, la relación entre las cantantes es todavía un misterio.

Cuando parece que no hay tiempo ni espacio para acumular tantos éxitos, Aitana se prepara para un nuevo reto profesional. La cantante catalana actuará este mes de abril en el festival Coachella, en el desierto del Colorado (California, EE UU). Se trata de uno de los eventos musicales más populares del mundo por subir a sus escenarios a una gran variedad de artistas, muchos de ellos de sobra conocidos a nivel internacional.

El pasado mes de diciembre, Alaska sufrió en el ojo izquierdo un trombo ocular que la dejó con una pérdida total de visión. "Me han dicho que la vista volverá, que será algo lento. Son cosas que van despacito y habrá que ir viendo", dijo tras volver a su trabajo en TardeAR. Este problema se sumó a la caída de Mario Vaquerizo apenas dos meses antes en un escenario, lo que le llevó también a tener problemas con la visión además de romperse dos vértebras.

Joan Laporta, flamante patrón del Fútbol Club Barcelona, cuenta con el don de ubicuidad: lo mismo ejerce como campeón de lo futbolístico que como explorador en los procelosos océanos del amor y las finanzas. Es un rechoncho y coqueto empresario de 62 años que ha sabido esculpirse una imagen de bon vivant, un perfil que mezcla el hedonismo del cortesano con el arrojo del tahúr, todo ello aderezado con una pizca de aquel romanticismo histriónico que se atribuye a algunos catalanes cuando deciden jugar a ser franceses. Laporta no dirige el Barça; Laporta interpreta el Barça, lo sublima, lo encarna como un Quijote embutido en traje de Armani. Y, como el hidalgo de la Mancha, siempre encuentra molinos que parecen gigantes, aunque a veces esos gigantes respondan con querellas y citaciones judiciales.