La actriz ha acudido este jueves a la premiere de Michael J. Fox en el Alice Tully Hall del Lincoln Center y ha dejado boquiabiertos a sus fans con una nueva imagen, prácticamente irreconocible. A sus 61 años, Meg Ryan ha vuelto a someterse a varios retoques estéticos y ha presumido de nuevo rostros tras seis meses alejada del foco mediático.