Psicóloga, profesora, empresaria y escritora

Hemos aprendido que llorar en el trabajo es lo peor que se puede hacer. Salvo que alguien muera, verter lágrimas por rabia, frustración, desesperación o impotencia parece estar prohibido, porque podría dar a entender que la persona no es capaz de desempeñar su tarea con la profesionalidad requerida.

El trabajo en modo remoto tiene muchas ventajas, máxime en estos momentos en los que la proximidad física y los desplazamientos pueden poner en riesgo la salud propia y ajena. No todo el mundo puede teletrabajar, pero en aquellos puestos en los que es posible, reduce el estrés, optimiza los horarios, ahorra dinero y deja una menor huella ecológica. Eso sin contar con que, según los estudios, favorece el cumplimiento de objetivos.

Al igual que los padres excesivamente protectores impiden el normal desarrollo de sus hijos, un líder demasiado supervisor puede arruinar a su empresa.

Desde niños, aprendemos a comportarnos de acuerdo con lo que los mayores responden ante nuestras acciones. Esperamos un feedback positivo o negativo para continuar avanzando en un sentido o en otro y también para construir nuestra propia imagen y autoestima. Igualmente, en la empresa necesitamos encontrar una respuesta, un feedback a nuestro trabajo que nos permita mejorar el desempeño y conocer la repercusión que tiene nuestro esfuerzo.

La palabra adhocracia es un término inventado para denominar lo contrario de la burocracia en la gestión empresarial. No digo que haya que elegir un modelo y abandonar el otro, porque ambos tienen aspectos positivos, pero en estos momentos necesitamos sistemas más ad hoc (para esto), que es lo que significa adhocracia.

En estos días resulta habitual ver empresas que cierran y trabajadores en la calle. Pero quedarse sin empleo no debe ser el final, sino una fase de transición para abordar con éxito el siguiente trabajo.

El liderazgo transformacional es el que se centra en el capital humano, el que cree en cada individuo como el principal valor de la empresa y el que sabe que la transformación solo es posible gracias a las personas.

El liderazgo agresivo, en el que las personas aparentan caminar con decisión hacia su meta sin mirar a los lados, ha pasado a la historia. Hoy sabemos que cuando los líderes demuestran su vulnerabilidad, cohesionan a los equipos y todos salen ganando.

Opinión

Siempre hay personas que permanecen a flote en cualquier crisis, incluso en la más global que hemos vivido nunca. Se diría que son imprescindibles. ¿Cómo lo consiguen?

Millones de personas en todo el mundo han perdido o van a perder sus trabajos y multitud de empresas tendrán que reinventarse o cerrar. En tiempos de pandemia, la mejor herramienta para avanzar sigue siendo el netwoking… aunque a distancia.