Por lo general, no lo recomiendo. Emprender un negocio con amigos, familiares o con la pareja, puede dar al traste con la empresa y, además, con la relación, en la mayoría de los casos. Pero, si es así, y se quiere iniciar porque se cree en ello, hay que poner ciertas reglas claras.

Psicóloga, profesora, empresaria y escritora