En España, el principal motivo por el que los usuarios cambian su smartphone es por fallos en su batería, y que a pesar de los esfuerzos de los fabricantes para mejorar este aspecto todavía no logran conseguir que sea tan duradera como el resto de partes del dispositivo. Al final, las más malas prácticas como cargarlo aunque no lo requiera o el constante uso del terminal hace que poco a poco la batería se degrade hasta el punto de que ya no sirva.
