La descarbonización de la economía es un desafío al que se están enfrentando todos los países para paliar los efectos del cambio climático. El aumento de 1,5 grados de la temperatura media de la Tierra está suponiendo el deshielo de los polos, así como de fenómenos meteorológicos extremos cada vez más frecuentes y en lugares en los que nunca habían tenido lugar. Es por ello que en la búsqueda de ser más sostenibles sin dejar de crecer, el renting se está erigiendo como una de las opciones preferidas por las empresas.
A esta y otras conclusiones llegaron los expertos que acudieron a la mesa de debate celebrada en la jornada empresarial de Renting Tecnológico: cómo el arrendamiento tecnológico puede ayudar a ser una empresa eco-responsable, organizada por elEconomista y patrocinado por Econocom. Y es que la tecnología no es un servicio puramente productivo, sino que es un elemento "que nos hace ser más productivos" declaró el director General de Renting Econocom España, Xavier Linares, para remarcar el papel de los equipos en las empresas en un momento en el que la digitalización se ha convertido en algo prácticamente obligatorio para cualquier negocio.
En el mundo en el que vivimos, digitalización y sostenibilidad son dos retos que se deben afrontar a la par, sin poner uno por encima del otro. De ahí que el arrendamiento sea cada vez más frecuente en las compañías, ya que estos dos factores son sus puntos fuertes. Ante el avance tan rápido de la tecnología, en el que el largo plazo se ve relegado en planes "no superiores a seis meses", el renting tecnológico permite a las empresas ser punteras sin "una gran inversión", ya que la renovación de los equipos es más sencilla y menos costosa al no ser la compañía propietaria de los mismos, explicó el director de Operaciones de tecnología de Leroy Merlin, Carlos Pascual Rodrigo.
Esto ha supuesto un "cambio de tendencia", en el que "no se busca la pertenencia de un bien, sino su utilización", añadió Pedro García Franco, Country Manager de Trainline, para así no perder ese "tren de la innovación". Comprar y desechar es un modelo que es inviable para los elementos tecnológicos, por su alto coste, por lo que las empresas históricamente optaban por alargar la vida útil de los equipos, a pesar de que les hiciera perder competitividad, pero ahora, mediante el préstamo, es mucho más sencillo seguir la estela tecnológica.
Flexibilidad como prioridad
Otra de las ventajas del renting tecnológico es la flexibilidad de los contratos. "La empresa estima cuándo sustituir los equipos por otros más nuevos", argumenta Linares, por lo que no se ve sometida a ninguna presión de hacerlo en un plazo determinado. Además, este modelo de negocio permite "hacer frente más fácilmente a imprevistos", tal y como ocurrió en la pandemia. En 2020, el teletrabajo se extendió de manera masiva por el mundo ante la imposibilidad de hacerlo presencialmente, por lo que en momentos como este, el renting fue "fundamental", alegó Juan Luis Pancorbo, CIO de L'Oréal en España y Portugal.
Al disponer de esa libertad, son muchas las empresas que "están explorando el arrendamiento como una opción para su negocio", afirmó Borja López, CIO en CL Grupo Industrial. Y es que esta estrategia ha permitido el surgimiento de nuevos negocios, ya que se evita una de las principales barreras para el surgimiento de nuevas empresas como las "grandes inversiones iniciales", explicó Pascual Rodrigo.
No solo eso, sino que el renting tecnológico también se moldea en torno al uso que se haga de los equipos. Esto es algo que empresas como Grupo Industial valoran mucho, ya que hay un gran núcleo de compañías que trabajan por proyectos o encargos, y para cada uno tiene unas necesidades diferentes.
Sin dejar de lado la sostenibilidad
Pero sin duda, el renting tiene una característica intrínseca: su respeto por el medio ambiente. Porque aquellos equipos que son prestados en primera instancia a las empresas, tienen después "una segunda vida", dijo Linares. "Recogemos el 95% de los equipos que son prestados en primera instancia, y después existen dos opciones: reutilizar o reciclar", continuó el responsable de Econocom. Los que sí son aptos para seguir utilizándose, pero no a pleno rendimiento, cumplen funciones en otros lugares previo reacondicionamiento, como el uso particular o en otros puestos en los que requiera una menor exigencia. En cambio, los que ya no están disponibles para su uso, son destruidos "siguiendo la normativa europea".
La reducción de la huella de carbono y el compromiso con el no-waste es ya un eje de todas las empresas. "La sociedad ha hecho que incluyamos los factores de RSC, y que estos departamentos vayan ganando jerarquía, también en cuanto a presupuestos" incidió Linares. Ahora, la actuación se centra en la "concienciación de los proveedores", recalcó Pascual Rodrigo.
Por último, todos los ponentes subrayaron que el uso de equipos cada vez más nuevos no solo aportaba ventajas a las empresas en cuanto a innovación y sostenibilidad, sino también en la experiencia del usuario, mejor que con el "método de compraventa", declaró Linares.
Puede ver la jornada completa aquí: