Tras caer al 1,9% en junio, los precios se han incrementado seis décimas en el verano, cerrando agosto con un alza del 2,6%, siete décimas más. Por su parte la tasa subyacente (sin alimentos frescos y energía) ha escalado dos décimas en el mismo periodo, hasta el 6,1%. Una evolución que se mantendrá en el futuro por diversos factores.
