Decidir el futuro profesional a los 18 años no siempre es buena idea, más cuando la creatividad es el anhelo. Fue el caso de Norman Vilalta, que a esa edad dejó su ciudad natal Puerto Madryn, Argentina, para viajar a Buenos Aires y estudiar Derecho. La carrera la terminó y el trabajo en el bufete llegó, pero 12 años después lo dejó todo para embarcarse en el arte de los zapatos. Actualmente, Norman está al frente de su propio atelier de zapatos a medida en Barcelona fabricando modelos que alcanzan los 7.000 euros. Y no se arrepiente de nada: "Soy muy feliz".