Los cuadros de la nuera de Tita se cotizan en Miami
Cuando el galerista David Bardía descubrió hace seis años los cuadros que Blanca Cuesta pintaba en su casa para entretenerse, la esposa de Borja Thyssen no podía imaginar que sus telas recibirían buenas críticas de los entendidos más escépticos, y mucho más: que las comprarían coleccionistas exigentes. Tal vez no sea demasiado arriesgado afirmar que un entendido en arte y mecenas como el barón Thyssen estaría encantado de tener por nuera a una cotizada profesional de la pintura, lo que más amó en vida, aparte de Carmen Cervera.