La invasión ucraniana de territorio ruso en la región de Kursk, una acción estratégica a todas luces orientada a alcanzar mejores resultados en una todavía hipotética negociación de paz, ha llevado a las tropas de las Fuerzas Armadas de Ucrania a tomar ya cerca de 1.300 kilómetros cuadrados y más de un centenar de poblaciones, entre ellas la ciudad de Sudzha, de algo más de 5.000 habitantes. Allí Ucrania controla ahora una estación de medición del único gasoducto ruso que aún suministra gas a Europa, el último punto de entrada de gas ruso a Occidente, cuyos flujos están desde agosto en manos ucranianas.