El casi centenar de días de confinamiento ha estimulado la necesidad de comunicarnos. A diferencia de otras plagas, la Covid-19 se hizo patente de país en país casi de un día para otro. De repente todo el mundo se quedó en estado de choque. Estábamos ya en vísperas de la pandemia, pero ni los gobiernos ni los ciudadanos nos habíamos preparado. Hubo que improvisar. La incertidumbre y los mensajes contradictorios generaron temor. Todos nos sentimos extrañamente amenazados y afectados.

Socio fundador y presidente de Llorente & Cuenca