A partir del próximo 21 de enero, una de las muchas preocupaciones que afrontará la Administración del recién investido 46º presidente de los Estados Unidos será negociar una fiscalidad global acorde con la realidad económica del siglo XXI. A priori, los nuevos responsables modificarán, es difícil de prever en qué medida, el sesgo proteccionista y reacio a la mundialización de sus predecesores. Éstos amenazaron con establecer aranceles a los productos de aquellos países, entre ellos España, que pondrán en marcha, o lo piensan hacer, tasas que graven los negocios vía Internet, de publicidad online, la intermediación entre empresas y particulares o la venta de datos de usuarios.

Profesor de Economía del Grupo CEF.- UDIMA