Historia
07/03/2019, 11:31
Thu, 07 Mar 2019 11:31:13 +0100
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Tras la batalla de Accio en el 31 a.C. y la derrota de Antonio y Cleopatra, César Augusto se hizo con las riendas de Roma y dio comienzo un período de expansión territorial y de desarrollo económico sin precedentes. Con el control de Egipto el grano llegaba a la urbe sin contratiempos, la llamada Pax Romana trajo el crecimiento del comercio interior y exterior, el crédito fluía y los ciudadanos invertían en tierras y en las ínsulas (¿boom inmobiliario?), incluso los advenedizos que querían hacer carrera en la política se endeudaban para financiar espectáculos y ganarse el favor de la plebe, las obras públicas proliferaban como setas… Augusto era de los que pensaba que el dinero tenía que estar en movimiento y no acumulando polvo en el Aerarium, el Tesoro público. Tras la reorganización política, social y económica, ya sólo quedaba una cuestión por tratar, la moral. Y de ello se ocupó tratando de recuperar la familia tradicional como institución básica de su nueva Roma y la moralidad como estandarte de sus ciudadanos.