historia
Una de las primeras medidas de la reina Isabel I de Inglaterra nada más subir al trono en 1558 fue anular las medidas impuestas por su hermanastra Maria I en favor de la restauración del catolicismo. Había que reconducir al rebaño hacia el anglicanismo, así que mediante el llamado Acto de Supremacía y la Ley de Uniformidad se restableció la independencia de la Iglesia de Inglaterra de Roma, arrogando la autoridad eclesiástica a la monarquía y siendo nombrada la reina como máxima autoridad de la Iglesia de Inglaterra (Supreme Governor of the Church of England).