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Tue, 27 Sep 2022 18:49:27 +0200
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Un sacerdote en Villa Meona, una feligresa incondicional, un drama amoroso y un demonio mortal. Ingredientes suficientes para montar un culebrón en toda regla. El cura en cuestión fue visto entrando en la casa de Isabel Preysler y los más irónicos ya le han convertido en exorcista, calificando a Iñigo Onieva como demonio y a la desolada Tamara Falcó como una mujer poseída por el diablo seductor. Pero lo más probable es que el religioso sea el confesor habitual de la hija de Isabel Preysler y haya ido a ese domicilio a consolar a la atribulada feligresa.Como sabrán nuestros lectores, la religiosidad preside algunos actos de Tami, como conocen sus íntimos a la protagonista de esta noticia, y no extraña que tenga director espiritual.