Cada vez es más habitual ver a gente comiendo y al mismo tiempo estar con el móvil observando su timeline de Twitter o de Instagram. Así lo certifica el estudio sociológico Comer con los cinco sentidos, llevado a cabo por Maestros de Hojiblanca: nueve de cada diez españoles miran pantallas durante alguna de sus comidas al día.
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Como es de esperar, esta acción no tiene ningún beneficio para nuestro organismo. Comer mirando el móvil hace que ingiramos los alimentos mucho más rápido. Esto hace que tragues aire, que a su vez te provocará hinchazón abdominal y gases. El resultado es una mala digestión.
Por otro lado, un estudio de la Unidad de Nutrición y Comportamiento de la Universidad de Bristol explica que la falta de atención plena a lo que estamos haciendo, en este caso comer, hace que no seamos conscientes de la cantidad de alimentos que estemos ingiriendo. El tamaño de las raciones serán más grandes y, por lo tanto, tenderemos a engordar.
Digestiones pesadas
Esta no es la única conclusión a la que llega el citado trabajo. Otra consecuencia de comer rápido es que los alimentos llegan al estómago poco triturados, por lo que el sistema digestivo tendrá que trabajar más. Tienes que saber que las digestiones pesadas favorecen las cefaleas.
Por otro lado, si sueles mirar el móvil mientras comes, es muy probable que descuides tu alimentación y que en lugar de prepararte un menú saludable rico en verduras, frutas, pescado... ingieras por más productos procesados. Otra vez nos lleva a un aumento de peso.
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En resumidas cuentas, todos estos motivos son más que suficientes para dejar a un lado el móvil en la hora de la comida y poner nuestros sentidos en el plato. Así, todas las elaboraciones nos estarán mucho más ricas y las disfrutaremos más, por supuesto.