Artículo de opinión
Si queremos persistir en alcanzar la sociedad del conocimiento, si buscamos que la universidad y la investigación sean motor de desarrollo económico y social, debemos acabar cuanto antes con la "uberización" de las plantillas universitarias. España podrá lograr este objetivo si invertimos radicalmente la dinámica que arrastramos desde la crisis y recuperamos unas plantillas de personal docente e investigador y de administración y servicios, envejecidas, diezmadas por la tasa de reposición y con altos índices de inestabilidad y precariedad.