Reducir las emisiones de carbono que se emiten a la atmósfera es una de las principales prioridades del tejido empresarial. Para el sector hospitalario conseguir esta meta es imprescindible, sobre todo, si se tiene en cuenta que el consumo energético es intensivo y continuo. De hecho, los hospitales y centros sanitarios representan el segundo mayor consumidor de energía en edificios no residenciales, requiriendo una fiabilidad energética máxima debido al impacto crítico que cualquier interrupción puede tener en la atención al paciente.